Hannover (EFE). - La canciller alemana, Angela Merkel, se orientó hoy claramente hacia su reelección en los comicios generales de otoño de 2013, tras obtener el respaldo apabullante de sus filas y presentarse como el ancla de solidez que Alemania y el mundo.
La canciller fue ratificada como presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con un abrumador 97,94 % de los votos del millar de delegados presentes en el congreso de la formación, celebrado en el centro de Hannover.
En un discurso de una hora volcado a elogiar la gestión de su Gobierno y jalonado con ocho minutos de ovación, Merkel definió la CDU que preside desde 2000 y su actual coalición con los liberales como una la “brújula firme” en los “ tiempos turbulentos ” que vive tanto la zona euro como el resto del mundo.
El congreso de la CDU es una especie de tregua “entre amigos” en la apretada agenda de la canciller, quien mañana regresará a Berlín para recibir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“Vivimos tiempos turbulentos. No hay que bajar la guardia, tenemos que mantenernos alerta. Tenemos los instrumentos que necesitamos para hacer frente a una crisis de la que el euro saldrá reforzado” , insistió.
La mandataria también habló de avanzar en la regulación de los mercados e implantar una tasa a las transacciones financieras.
“ La crisis no se resolverá de la noche a la mañana, porque no se originó tampoco de repente”, exclamó la canciller.
Merkel enumeró los logros de su Ejecutivo, al que definió como “ el mejor Gobierno desde la reunificación alemana” , lo que a su juicio demuestra la buena situación de su mercado laboral.
Como si estuviera ya de pleno en campaña, la canciller rompió una lanza a favor de sus socios de coalición, el Partido Liberal (FDP) , tal vez motivada por los reclamos de compromiso que esa misma mañana le dirigió el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, de esa formación.
“En estos tiempos, ninguna otra coalición puede dirigir nuestro país hacia un futuro mejor”, manifestó la canciller, haciendo extensiva la imagen de solidez hacia un partido que no siempre se ha comportado como un aliado fácil, pero que sigue siendo su socio natural.
En 2010, Merkel había obtenido ya el respaldo como líder del partido de más del 90 % de los votos de las bases, pero el de hoy la coloca a un nivel de incondicionalidad como la que tuvo Helmut Kohl, el patriarca de la CDU.
Merkel trabajó en esa dirección, tras dirigir en los últimos días varios mensajes al ala más tradicionalista de la CDU, en busca de la conciliación con ese sector y después de que se la llegara a considerar demasiado alejada de las esencias conservadoras.