Matanza activa debate sobre el uso de armas en EE. UU.

Casa Blanca dice que asunto será una prioridad en segundo gobierno de Obama

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Washington y Newtown. AP y EFE La horrible matanza en una escuela primaria de Connecticut podría haber traído un punto de inflexión en el largo debate en Estados Unidos sobre el control de armas de fuego: ahora, los propios defensores prominentes del derecho a la portación de armas se expresan en favor de una discusión nacional sobre restricciones que puedan prevenir nuevos hechos de violencia armada.

“Todo debe ponerse a discusión”, dijo ayer el senador Joe Manchin, demócrata conservador, aficionado a la caza y miembro de la Asociación Nacional de Portadores de Armas (NRA).

Por su parte, el senador republicano Chuck Grassley propuso un debate no solamente sobre armas de fuego, sino también sobre problemas mentales.

Algunas personalidades han exhortado a Obama y a los legisladores a actuar con premura, mientras aún es tangible el dolor y el impacto de la tragedia en Newtown, Connecticut.

“Se requiere una acción nacional inmediata” , dijo el alcalde de la ciudad de Nueva York Michael Bloomberg. “Esto necesita ser la prioridad en su agenda” .

Veinte niños y seis adultos murieron el viernes a manos de un joven armado con un rifle de tipo militar y otras armas en la escuela primaria Sandy Hook.

Mark Warner, uno de los pocos demócratas a quien apoyan grupos promotores del derecho a la portación de armas, dio marcha atrás a su postura sobre los fusiles de asalto. “El statu quo ya no es aceptable” , consideró.

Intención y realidad. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que frenar la violencia con armas de fuego sería una prioridad para el presidente Barack Obama en su segundo mandato. El debate ha estado congelado durante años.

Luego de incidentes similares ocurridos durante su gobierno, Obama pidió un diálogo nacional sobre el asunto, pero ese empeño quedó eclipsado por otros problemas más urgentes.

Esta vez, el presidente prometió usar “todo el poder conferido a su puesto” para proteger a los niños de la violencia con armas, una insinuación de que podría emplear su arsenal político en pos de una prohibición a los fusiles de asalto.

Sin embargo, queda por ver si Obama y el Congreso pueden traducir su retórica en acciones o si la conmoción causada por la matanza de niños en Connecticut se disipará antes de que lo hagan.

En los últimos años, la opinión pública se ha opuesto a imponer más control a la tenencia de armas de fuego, además de que la industria de las armas es una poderosa fuerza política, en especial en las primarias republicanas.

Empero, una encuesta divulgada ayer por la cadena ABC y el diario The Washington Post mostró que el 54% de los estadounidenses apoya mayores restricciones sobre la venta de armas, y casi el 60% respaldan prohibir los cargadores de alta capacidad.

Además, el 52 % apoya la prohibición de armas semiautomáticas. ,