Manifestantes se enfrentan con planes del Gobierno de Turquía

Acusan a Erdogan de querer ‘islamizar ’ sociedad y modificar el régimen político

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Estambul. AFP y BBC Mundo. Los enfrentamientos se reanudaron ayer por cuarto día consecutivo en Turquía entre policías y manifestantes hostiles al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, quien –empero– aseguró que la situación “se está calmando” en el país, a pesar del llamado a la huelga lanzado por un grupo sindical.

“La situación se está calmando”, dijo Erdogan en una conferencia de prensa en Rabat, Marruecos. “A mi retorno de esta visita, los problemas serán resueltos”, expresó el gobernante, de acuerdo con la traducción oficial.

Según Erdogan, sus opositores se aprovecharon de los episodios en Estambul. “Al inicio, los problemas con los árboles (que serían derribados para construir un centro comercial) provocaron algunas protestas. Pero después los manifestantes fueron controlados por personas que no han ganado las elecciones”, afirmó.

Varias demandas. Desde el viernes, la protesta de un puñado de militantes de asociaciones contra el proyecto de construcción de un parque público en Estambul se extendió poco a poco al resto del país.

Otro motivo es lo que califican de islamización e intromisión en el estilo de vida turco , como la reciente prohibición de vender bebidas alcohólicas, la intención de prohibir el aborto o la construcción de una mezquita gigante en Estambul.

También, la intención de Erdogan de reformar la Constitución para pasar de un sistema parlamentario a uno presidencialista y ser el primer presidente elegido directamente en el país.

Erdogan se enfrenta con un movimiento de protesta de una importancia inédita desde la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) en el 2002.

En Estambul, miles de manifestantes volvieron a ocupar el lunes, por cuarta noche consecutiva, la plaza Taksim. “¡Tayyip, dimisión!”, gritaban.

La Policía, en tanto, intervino para dispersar una manifestación con cientos de personas en el barrio de Besiktas, no muy lejos de las oficinas del primer ministro.

También, la Policía actuó violentamente en Ankara para desalojar a los manifestantes, en su mayoría, estudiantes y jóvenes, de la plaza Kizilay, que desde el sábado se convirtió en epicentro de la protesta en la capital turca.

En la jornada, la poderosa Confederación de Sindicatos del Sector Público (KESK), formuló un llamado para una huelga por dos horasque tendrá lugar hoy, en protesta contra lo que denominó “el terror” del Estado en la represión a las manifestaciones.

Con un tono conciliador, el presidente turco, Abdulá Gul, llamó ayer a los manifestantes a la calma y marcó, una vez más, sus diferencias con el primer ministro.