San José. Redacción. La tragedia del vuelo entre Río de Janeiro y París se inició a las 1:55 a. m. del 1.° de junio del 2009, cuando el capitán dejó la cabina del Airbus A330-200 para descansar, explica el diario español El País .
En ese punto, quedó en funciones el segundo copiloto, de 32 años y menos experimentado. El primer copiloto, de 37 años y con más experiencia, se encarga de vigilar posibles averías y de transmitir informaciones.
A las 2:10 a. m. las sondas Pitot, que miden la velocidad del aparato se hielan por el frío y dejan de funcionar. Luego se desconecta el piloto automático, por lo que asume el mando el segundo copiloto. Este levanta el morro del avión a 37.500 pies.
Las sondas vuelven a funcionar, pero el tripulante sigue levantando el morro del avión hasta salirse de su trayectoria y emprender su caída libre, que durará más de tres minutos y medio. El primer copiloto activa la alarma y avisa al comandante, pero no parece darse cuenta de la maniobra de su compañero. A las 2:11 a. m., el capitán vuelve a la cabina y, según la conversación entre los tres pilotos, estos no eran conscientes de que el avión iba en caída libre.
A las 2:13 a. m., segundos antes del impacto, el primer copiloto tomó los mandos, pero era ya demasiado tarde. A las 2:14 a. m. se interrumpe la grabación. En ningún momento se alertó a los pasajeros sobre la situación.