El Cairo. AFP. La Liga Árabe decidió mantener y reforzar su misión de observadores en Siria, pese a las críticas recibidas por su ineficacia a la hora de frenar la violencia, que ha cobrado decenas de vidas en los últimos días.
La decisión aparece cuando los opositores alzan la voz para que la ONU envíe a sus propios observadores a Siria y se ocupe del caso.
El comité ministerial de la Liga, encargado del caso sirio, concluyó que dará a los observadores el tiempo necesario para mantener su misión conforme al protocolo.
El plan árabe, aceptado por el régimen de Bashar al-Asad, quiere poner fin a la violencia, liberar a los detenidos, retirar al Ejército de las ciudades y conseguir la libre circulación en todo el país para los 163 observadores y la prensa.
Tras la reunión en El Cairo, el comité ministerial pidió al Gobierno sirio respetar sus promesas, aunque han logrado progresos.
La Liga exigió a Damasco y “a todos los grupos armados cesar inmediatamente todos los actos de violencia”, y solicitó al general Dabi un “informe completo” para el próximo 19 de enero sobre los esfuerzos de Siria para alcanzar sus compromisos.
El comunicado de la organización hace un llamado al refuerzo financiero y logístico, tanto en material como en personal, para asegurar el cumplimiento.
La Liga también pidió que se mantengan las conversaciones con la ONU para reforzar las “capacidades técnicas” de los observadores.
El primer ministro de Catar, Sheij Hamad ben Jasem al-Thani, quien presidió la reunión, declaró a la prensa que el informe demostraba que las muertes han disminuido, pero que cada muerte es una gran pérdida.
El responsable catarí agregó que la Liga espera aumentar el número de observadores sobre el terreno a 300.