Bogotá EFE La entronización, mañana, del papa Francisco, el primer Pontífice latinoamericano, será algo histórico para la región y así lo entienden los mandatarios de América Latina que irán a la ceremonia, en la que representarán las creencias de sus compatriotas y, en la mayoría de los casos, las suyas propias.
Y es que en la región del mundo donde más católicos hay (4 de cada 10 creyentes de esta religión son de América) es lógico que sus dirigentes también profesen esa religión, por lo que para los dirigentes que asistirán será mucho más que una presencia protocolaria.
Uno de esos casos es el de la mandataria argentina, Cristina Fernández, compatriota del papa Francisco y quien, según fuentes oficiales, “es católica y muy creyente” , aunque “no suele ir a misa”.
La delegación de Chile la encabeza su presidente, Sebastián Piñera, que en sus discursos muy a menudo nombra a Dios y hasta cita pasajes de la Biblia. Ayer llegó a Roma para la ceremonia del martes.
Por su parte, el paraguayo Federico Franco incluye en su agenda actividades religiosas y su asistencia a misa. Franco viajó ayer al Vaticano y anunció que le regalará al Papa un juego para beber mate.
De igual forma, ayer se desplazó a Roma el ecuatoriano Rafael Correa, católico practicante y quien aseguró ayer, durante su informe semanal de labores, que tener un papa latinoamericano “es algo histórico, sin precedentes”.
Otros mandatarios latinos que estarán en la entronización de Francisco y que son católicos incluyen a Enrique Peña Nieto (México), Porfirio Lobo (Honduras), Ricardo Martinelli (Panamá) y Dilma Rousseff (Brasil).
En cuanto al gobernante cubano, Raúl Castro, se desconocen sus creencias religiosas y se ignora si viajará al Vaticano, aunque, al igual que su hermano Fidel, fue educado por jesuitas.