Washington. DPA. Vigilias, protestas, boicots económicos de otros estados y toda la atención sobre la decisión que pueda tomar un juez.
Tras meses situada en pleno ojo del huracán del cada vez más inflamado debate migratorio en Estados Unidos, Arizona entra hoy en su semana más crucial en el tema.
Si no lo evita una decisión judicial de última hora, el jueves una de las leyes más controvertidas del país en los últimos tiempos, la SB1070, podría entrar en vigor.
Desde que la gobernadora de Arizona, la republicana Jan Brewer, estampara su firma en la normativa el 29 de abril, crecieron las protestas nacionales e internacionales que acusan la ley de ser discriminatoria y ha provocado el éxodo de cientos de hispanos del estado, según organizaciones civiles.
Frente a ellas, una gran mayoría en Arizona (hasta 60%) e incluso en buena parte de EE. UU. apoyan una ley que consideran una reacción al fracaso del gobierno federal por regular la situación de más de 11 millones de indocumentados en el país, tema que, con una crisis económica todavía profunda, vuelve a agitar pasiones.
Todos dirigen su mirada ahora a la corte de distrito de Phoenix, la capital de Arizona.
Ha ce dos semanas, la jueza Susan Bolton abrió audiencia a las más de media docena de demandas que se han interpuesto contra la controvertida normativa, una de ellas de parte del propio Gobierno estadounidense. La atención es por qué decidirá.
Varios demandantes piden la suspensión temporal de la ley hasta que la juez decida sobre las cuestiones de fondo de sus alegatos.
Los expertos coinciden en que la jueza podría anunciar una decisión a comienzos de la semana, pero sin claridad sobre si detendrá la ley.