Las grandes fortunas se refugian en los vinos

Gestores de grandes fortunas buscan productos financieros originales

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París. AFP. En periodo de crisis económica, los gestores de grandes fortunas buscan sin cesar productos financieros originales, como los grandes vinos, con el objetivo de satisfacer a sus ricos clientes decepcionados por los bajos rendimientos de la bolsa y de los mercados de obligaciones.

Productos tan exclusivos como vinos, bosques, manuscritos, caballos de carreras, relojes o coches antiguos de colección pueden convertirse en una inversión, en forma de participación en una sociedad o de fondos colectivos.

El vino, sobre todo los más prestigiosos, está entre los productos favoritos de los inversores, en un mercado que los especialistas juzgan ahora sano, después de un periodo de burbuja especulativa.

La gestora de fondos Financière d’Uzes se atrevió a dar el paso y lanzó hace poco un fondo de inversión colectiva de grandes vinos.

“La idea es considerar una botella de vino como una inversión, un nuevo tipo de activo como puede serlo una acción, y pasar de una lógica de consumo a una lógica financiera”, explica el director general de la gestora, Dominique Goirand, que recuerda que su fondo es el primero de este tipo en Francia declarado ante la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF).

Un fondo muy exclusivo. Se trata sin embargo de un fondo “contractual”, es decir que está destinado solo a un tipo de clientes informados y que debe de tener unos conocimientos muy específicos.

Y es sobre todo un fondo destinado a las grandes fortunas: para entrar en él hace falta una inversión mínima de 250.000 euros.

Los grandes vinos, que adquiere la gestora, se eligen siguiendo una lista de criterios muy precisos.

“Compramos aquellos vinos que nos parecen estar por debajo de su precio real tras haber hecho un análisis minucioso. En cuanto a la calidad nos basamos en un grupo de 25 catadores. No buscamos ni vinos de colección ni añadas más antiguas de 10 o 15 años”, explica Hugues Lapauw, analista en Uzès Gestion pero también enólogo.

El objetivo es invertir 75% de este fondo en vino, y al menos la mitad de eso en grandes vinos de las regiones de Burdeos y Borgoña.

Los vinos se compran a negociantes especializados y principalmente en el Liv-ex Fine Wine Exchange, la bolsa del vino en Londres. El objetivo, moderadamente ambicioso en el contexto actual, es un rendimiento superior al de los bonos franceses a cinco años.

El hecho de que este fondo esté declarado ante las autoridades bursátiles francesas le da un barniz de respetabilidad en relación con otros fondos similares, una ventaja importante en un sector donde cada vez hay más concurrencia, en países como Luxemburgo o con poca presión fiscal.

Uno de los fondos más conocidos es el luxemburgués “Nobles Crus”, que quiere crear “emoción en las finanzas” invirtiendo en grandes vinos de añada y apostando por vinos raros o muy antiguos.

También existen fondos de gestión colectiva en productos de lujo como la compra de manuscritos antiguos y autógrafos o de relojes de colección o vehículos exóticos o deportivos.