‘La gente corría como pollitos liberados’

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Roma. AFP “Salvamos como a 500 o 600 personas”, contó Edgard López Sánchez, camarero colombiano, quien sobrevivió al naufragio del Costa Concordia, “el más cruel” que ha vivido.

López, entre los 10 colombianos de la tripulación que sobrevivieron, es un bogotano de 48 años, que trabaja desde hace 17 con la compañía italiana Costa Cruceros, propietaria del crucero de lujo.

“Durante el rescate, hice unos 10 viajes con la lancha, cada uno de media hora. Hacía frío y soplaba viento. Nosotros hemos sido entrenados por la compañía para eso”, cuenta.

“Los héroes fuimos nosotros: colombianos, hondureños, chinos..., la tripulación, que está compuesta por gente de 20 nacionalidades”, asegura López, quien admite que “las órdenes de evacuación llegaron tarde”. “El rescate, la policía, los bomberos también tardaron unos 45 minutos en llegar”, lamenta.

El camarero, que perdió todos sus haberes, recuerda perfectamente cuándo ocurrió el accidente. “A las 7:45 p. m. escuché un estruendo fuerte. No me asusté. Nosotros no sufrimos de pánico, somos guerreros. Tratábamos de calmar a la gente, pero sabíamos que era algo raro”, relata el colombiano, quien habla cinco idiomas y ha viajado por todo el mundo.

“El capitán nunca habló. Fue el encargado de ceremonias el que nos ordenó tranquilizar a la gente. Nosotros solemos hablar en código y nos dijo india, victor y azucena , que quiere decir ‘fuego y heridos’, porque con el primer golpe mucha gente se hirió. El segundo golpe fue aún peor. El barco dio vuelta de casi 50 grados, se fue inclinando. La gente corría como pollitos liberados”.

El colombiano no logra olvidar los comentarios de una pasajera italiana que embarcó en Civitavecchia en el crucero .

“Como si fuera un presagio, me hablaba siempre del Titanic, que se hundió hace exactamente cien años, en abril de 1912”, evoca.