La boina roja de Hugo Chávez siempre agitó a Costa Rica

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Nunca estuvo en Costa Rica, pero tampoco dejó de estarlo. La política y la economía nacionales abundan en huellas del estridente y dinámico líder venezolano.

Desde que en 1999 asumió el poder, mientras en Costa Rica gobernaba Miguel Ángel Rodríguez, Hugo Chávez entró en la agenda política nacional, pues se le vio como un posible aliado para obtener beneficios petroleros .

Lo último ocurre en estos momentos, cuando el gobierno de Laura Chinchilla procura un acercamiento certero a los países aliados de Chávez, como posibles mediadores con Nicaragua .

En medio, sin embargo, la boina roja parece haberse posado sobre distintos momentos políticos, muchos de ellos de manera conflictiva, en especial durante la discusión del TLC de Costa Rica con Estados Unidos.

La coincidencia política de Chávez con los oposición aquí lo hizo aparecer en el polémico memorando que acabó convertido en protagonista del referendo en el 2007. No obstante, dirigentes de ese movimiento, como Ottón Solís (PAC) y José María Villalta (Frente Amplio) dijeron ayer que Chávez solo fue usado por los del SÍ para polarizar y asustar.

Fue quizá el punto más alto de la disputa ideológica, aderezada además por críticas directas que se lanzaron el presidente Óscar Arias y Chávez . Fueron más fuertes incluso que las del 2007 cuando la empresa estatal venezolana Alunasa, instalada en Esparza, amenazó con abandonar el país.

El primero criticó el manejo político interno de Venezuela y este lo atacó en tiempos del golpe de Estado en Honduras (2009), cuando Arias fungió como mediador y Chávez lo acusó de atender órdenes de Estados Unidos . Criticó también el permiso tico a barcos estadounidenses antidrogas .

No obstante, hubo un lapso apacible en el 2008, cuando Costa Rica intentó ingresar a Petrocaribe, el grupo de países liderado por Chávez a fuerza de barriles de petróleo. Estados Unidos llegó incluso a preocuparse . Vea versión mayor en www.nacion.com

Con el gobierno de Laura Chinchilla se desechó la intención de entrar a Petrocaribe. Lo que no cambió fue el carácter de refugio del país para disidentes antichavistas (militares e inversionistas), con especial auge en el gobierno de Abel Pacheco.

Millones de dólares procedentes de venezuela han acabado invertidos en Costa Rica. Dos ejemplos son la cadena de almacenes ferreteros EPA y notables desarrollos inmobiliarios.

“De alguna manera nos hemos beneficiado”, dijo el exministro Fernando Berrocal, abogado cercano a opositores radicados aquí.

Otra circunstancia que no cambia es la certeza de que el hombre de la boina roja ha resultado clave para sostener en lo político y en lo económico al gobierno de Daniel Ortega, el “malo” de la política exterior costarricense en esta Administración.

Ahora en San José el canciller Enrique Castillo se pregunta por lo que pasará en Managua y su respuesta es aún incierta: “depende de qué pase en Caracas”.