Juan Pablo no celebró la misa

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Ciudad del Vaticano. Por primera vez en su 23 años de pontificado, el papa Juan Pablo II apareció muy debilitado ayer en la plaza de San Pedro, y renunció a celebrar él mismo la misa del Domingo de Ramos, para evitar desplazaminentos excesivos, informaron fuentes del Vaticano.

El soberano Pontífice delegó la responsabilidad de conducir la tradicional procesión de Ramos, primera ceremonia importante de la Semana Santa católica, en su cardenal vicario, Camillo Ruini.

Juan Pablo II cumplirá 82 años el próximo 18 de mayo.

Un dolor de origen artrítico en la rodilla derecha, que continúa haciéndole sufrir, le impidió en las últimas semanas realizar con plena normalidad sus actividades, informaron fuentes próximas al Vaticano.

Los médicos lograron, no sin dificultades, convencer al Papa de renunciar a la parte más fatigante de la celebración para que su rodilla pueda recuperarse, según esta nueva versión considerada más tranquilizadora.

El Papa permaneció sentado en su solio, instalado bajo pleno sol en la explanada de la Basílica de San Pedro, donde pronunció su homilía ante miles de fieles. Bendijo también desde la plaza las palmas y los ramos de olivo traídos por los fieles a la ceremonia.

Los años anteriores, Juan Pablo II iba hasta el centro de la plaza para bendecir desde el obelisco en la explanada de San Pedro.

Su problema en la rodilla derecha se agrega a los numerosos males que sufre, como la enfermedad de Parkinson y problemas de artrosis como consecuencia de la instalación de una prótesis en el fémur en 1993. El Papa también fue herido en un atentado en mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro.

Su precaria salud suscita regularmente especulaciones sobre su capacidad para asumir su cargo, por lo que el Pontífice se ve obligado a desmentir con frecuencia las versiones acerca de su posible renuncia.