Roma. AFP. El transporte público y el tráfico aéreo y ferroviario se vieron un poco perturbados ayer por una huelga general lanzada por el principal sindicato italiano (CGIL), que afirmó haber reunido a un millón de personas contra el plan de austeridad del gobierno de Silvio Berlusconi.
En Roma y Nápoles (sur), la circulación de los autobuses y metros se vio un poco afectada por la mañana, mientras que en Milán (norte) se previó un cese de trabajo de cuatro horas al final de la jornada.
La compañía ferroviaria Ferrovie dello Stato afirmó que el tráfico era normal en las líneas de medida y larga distancia.
Según la Filt, el sector del transporte del sindicato CGIL, el índice de adhesión a la huelga fue “muy elevado”, con un total de “86 vuelos anulados hasta el mediodía en el aeropuerto romano de Fiumicino”.
Sin embargo, fuentes aeroportuarias hablaban de solo una media docena de vuelos suprimidos.
La Filt afirmó que en Roma y Nápoles las líneas de metro fueron bloqueadas y que cerca del 50% de los autobuses no circuló.
Las manifestaciones reunieron, según el CGIL, a más de un millón de personas, entre ellas 100.000 en Bolonia (norte), 80.000 en Milán y 70.000 en Nápoles.
Las medidas de austeridad del Gobierno contemplan recortes por unos $30.600 millones para los años 2011 y 2012.
El plan prevé una reducción del gasto público mediante una congelación por tres años de los salarios de los funcionarios, una reducción del 10% del presupuesto de los ministerios y las ayudas a las colectividades locales, al igual que un reforzamiento de la lucha contra la evasión fiscal.