Italianos le muestran a Berlusconi la salida

Rotunda mayoría desoye al Gobierno y rechaza escudo judicial al dirigente

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Roma. La opinión pública italiana, a la que muchos daban por anestesiada, utilizó el lunes la herramienta del referéndum popular para firmar en las urnas el finiquito político de Silvio Berlusconi.

El segundo desastre en solo 15 días, tras el sufrido por la derecha en las elecciones municipales, pareció incluso más elocuente que el primero. Más de 27 millones de ciudadanos, movilizados gracias a Internet, la oposición y los movimientos ecologistas y católicos, desoyeron la invitación a la abstención del jefe del Gobierno y aprobaron por abrumadora mayoría, cercana al 95%, cuatro referendos en juego.

Quedan así abolidas la privatización del servicio de suministro del agua y el encarecimiento de tarifas, el programa nuclear y la ley del legítimo impedimento, que permitía a Berlusconi aducir obligaciones de su cargo para no presentarse a sus juicios.

Con el 97% del voto escrutado, la participación rozaba el 55,8% de los 50,4 millones de electores censados, por encima de todas las previsiones y del 50% necesario para que las consultas fueran vinculantes.

Claro divorcio. El líder de la oposición, Pierluigi Bersani, que vaticinó el triunfo de los cuatro síes derogatorios, afirmó que esta “masiva demostración democrática certifica que el país está vivo y divorciado de su Gobierno”, y pidió a Berlusconi que dimita y ponga su cargo a disposición del presidente.

El primer ministro afirmó en una escueta nota que los italianos habían “expresado de forma clara su voluntad”, pero reiteró que su intención es agotar los dos años que quedan de legislatura.

Horas antes del cierre de las urnas, Berlusconi anticipó la derrota: “Italia se apresta a decir adiós a la energía nuclear y tendrá que apostar fuerte por las renovables”.

La intervención, que disparó en la Bolsa los títulos de las empresas del ramo, fue duramente criticada por la oposición, que le recordó que la ley prohíbe hablar a los políticos mientras las urnas están abiertas.

Fue una jornada festiva e histórica, porque desde 1995 ningún referendo derogatorio había obtenido el quórum en el país, y pareció abrir una brecha insanable entre la ciudadanía y el magnate que ha marcado la política nacional desde hace 17 años.

Los sondeos indicaban que gran parte del electorado que eligió hace tres años a Berlusconi lo ha abandonado: 44% de los 18 millones de votantes del Pueblo de la Libertad (PDL), su partido, contribuyó el lunes a abolir las leyes aprobadas por su mayoría parlamentaria.

El partido había dado libertad de voto, y varios notables del PDL y de la Liga acudieron a sufragar.

La derrota es especialmente dura para Berlusconi porque se produce contra la tendencia impuesta en las televisiones, que ignoraron casi por completo el referendo. La oposición en bloque coincidió en que la derrota es un puñetazo tanto a la política del primer ministro como a su estilo cada vez más autoritario de gobernar.

Por un lado, cancela la base de su política energética, el programa nuclear y le recuerda al primer ministro que la ley es igual para todos, al derogar la de legítimo impedimento. Deroga también la privatización del suministro del agua.

El Ejecutivo queda en una situación muy delicada. Uno de los socios de la coalición, la Liga Norte, pondrá el día 19 nuevas condiciones a Berlusconi para apoyarlo.

Mientras todo eso sucedía, el primer ministro compraba bisutería en una tienda romana y bromeaba sobre el bunga bunga (sus supuestas orgías) con su colega israelí Benjamín Netanyahu, quien se encontraba de visita.