Aeropuerto Ben Gurión, Israel. AFP. Israel prohibió ayer la entrada a cientos de militantes de la operación Bienvenidos a Palestina, que denuncian el control israelí del acceso a los territorios palestinos ocupados, tanto a su llegada como a la salida en los aeropuertos.
De casi 1.500 participantes que se esperaban, entre ellos de 500 a 600 franceses, solo algunas decenas lograron llegar al aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv pues la gran mayoría de ellos fueron bloqueados al embarque del vuelo.
En total, 40 pasajeros “retenidos para ser interrogados” estaban en proceso de expulsión, anunció una portavoz de la Policía israelí, Luba Samri, quien precisó que 33 eran franceses.
Los otro siete son de nacionalidad española, italiana, suiza, canadiense y portuguesa.
Los organizadores palestinos denunciaron en un comunicado un nuevo procedimiento ilegal de parte de autoridades israelíes que piden a los pasajeros firmar “una declaración por la que se comprometen a no ponerse en contacto ni cooperar con miembros de organizaciones pro palestinas”.
El ministerio israelí del Interior afirmó ayer estar verificando esas informaciones.
La policía israelí confirmó que desplazó a “varios centenares” de agentes hacia el aeropuerto Ben Gurión para mantener el orden ahí. Según la radio pública, el operativo incluyó a 650 policías, en su mayoría vestidos de civil.
Anteriormente, la aerolínea francesa Air France, las británicas EasyJet y Jet2.com y la alemana Lufthansa anularon los billetes de los pasajeros cuyos nombres figuraban en una lista de “personas indeseables” comunicada por Israel.
La operación Bienvenido a Palestina, realizada por tercer año consecutivo y organizada del 15 al 22 de abril, denuncia la ocupación israelí de Cisjordania y en particular el control ejercido por Israel en el tránsito desde y hacia los Territorios Palestinos, ya que los visitantes que quieren viajar a Cisjordania se ven obligados a pasar por el Estado hebreo.
Este año, el objetivo de los participantes era la inauguración de una escuela internacional en Belén, en el sur de Cisjordania.
En julio del 2011, Israel logró que se impidiera el embarque a cientos de militantes y habían bloqueado y expulsado a casi 70 activistas a su llegada.