Múltiples alarmas: ¿Beneficios para despertarse y mejorar el rendimiento cognitivo?

La OMS recomienda dormir al menos seis o siete horas diarias

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La alarma es una herramienta indispensable para levantarse y cumplir con las responsabilidades diarias. Esta puede ser configurada tanto en un teléfono celular como en un dispositivo independiente, ofreciendo beneficios significativos cuando se tiene dificultad para despertarse a una hora específica.

Un estudio científico realizado por la Universidad de Estocolmo, Suecia, desmiente el mito de que el insomnio y el estrés causados por el despertar abrupto con alarmas sean perjudiciales.

Según esta investigación, tener más de una alarma puede incluso conllevar múltiples beneficios. Se encuestó a más de 1700 personas sobre sus patrones de sueño, y se invitó a 31 jóvenes de 27 años que dormían adecuadamente, pero utilizaban múltiples alarmas para levantarse. Estos participantes se sometieron a diversas pruebas, incluyendo ejercicios matemáticos, cognitivos y análisis de cortisol, demostrando que los niveles de esta hormona eran más altos en aquellos que usaban múltiples alarmas.

El cortisol, como es conocido, regula el azúcar en la sangre, el estrés y la inflamación. En cuanto a las pruebas cognitivas, los mejores resultados se observaron en aquellos que se levantaban gradualmente con varios sonidos de alarma.

Es crucial asegurar un tiempo mínimo de descanso para que el cerebro atraviese correctamente las cinco etapas del sueño, cada una con funciones específicas que garantizan el descanso del cuerpo y la mente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dormir al menos seis a siete horas por día.

Durante la primera parte del ciclo, conocida como sueño no REM, se atraviesan las cuatro primeras etapas. Durante la primera, se está entre el estado de vigilia y el sueño; en la segunda, se desconecta del entorno y la temperatura corporal disminuye, según el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD, por sus siglas en inglés). Mientras tanto, en las etapas tres y cuatro, se entra en un descanso más profundo, con una disminución del ritmo respiratorio, relajación muscular, disminución de la presión arterial y aumento del suministro de sangre a los músculos, junto con la liberación de hormonas y la reparación de tejidos.

El ciclo concluye con la etapa conocida como sueño REM, que dura de 70 a 90 minutos, durante la cual el cerebro crea los sueños, los ojos suelen moverse de un lado a otro y la temperatura corporal no se regula tan estrictamente.

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