Miles de rusos conmemoraron centenario del fusilamiento del zar Nicolás II

El patriarca de la Iglesia ortodoxa, Cirilo, encabezó una procesión; fieles llevaban cruces, imágenes y retratos del último de los Romanov

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Ekaterimburgo, Rusia. El patriarca ortodoxo Cirilo encabezó este martes una procesión que reunió en Ekaterimburgo (los Urales) a casi 100.000 personas para conmemorar el centenario de la ejecución del último zar Nicolás II y su familia a manos de los bolcheviques.

Los peregrinos llevaban cruces ortodoxas, ímágenes y retratos del zar y de los miembros de la familia imperial asesinados. Salieron a pie a las2 a. m. del lugar donde se produjo la ejecución, en Ekaterimburgo, y terminaron en el monasterio de Gánina Yama, situado a 21 kilómetros de allí, entonando oraciones.

Casi 20.000 personas se unieron a ellos en este monasterio, levantado por la Iglesia para conmemorar la ejecución.

“Rezamos por el zar y emperador Nicolás, un mártir, rezamos por quienes sufrieron con él”, declaró el patriarca Cirilo ante la muchedumbre, con cirios encendidos.

Rusia debe aprender la lección “de esta experiencia difícil y amarga”, afirmó. “Debemos realmente resistir a toda idea o dirigente que nos proponga, a través de la destrucción de nuestra vida, de nuestras tradiciones y de nuestra fe, adoptar un supuesto nuevo futuro desconocido y feliz”, manifestó

Los bolcheviques fusilaron a Nicolás II, a la zarina Alejandra y a sus cinco hijos en la madrugada del 17 de julio de 1918, poniendo así fin a 300 años de la dinastía de los Romanov al frente del imperio ruso.

La familia imperial fue canonizada en el 2000 por la Iglesia ortodoxa rusa y en el 2008 el tribunal supremo de Rusia la rehabilitó, considerándola víctima de la represión política bolchevique.

El Estado ruso evitó conmemorar este centenario, destacó en el periódico Vedomosti Ksenia Luchenko, especialista en la Iglesia ortodoxa rusa.

La ejecución de Nicolás II y de su familia “no puede usarse en el marco de la educación patriótica porque fueron fusilados por miembros de La Cheka”, precursora del KGB, del que el presidente ruso, Vladimir Putin, fue oficial, explicó.

Restos de la familia

Los huesos de Nicolás II, de su mujer y de tres de sus hijos fueron hallados en 1979 y enterrados en la Fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo en 1998. Veinte años después la Iglesia ortodoxa rechaza reconocer su antenticidad.

Los restos de los dos hijos restantes, Alexéi y María, aparecieron en el 2007 pero todavía no fueron enterrados por falta de acuerdo entre las autoridades y la Iglesia.

Según esta última, los bolcheviques quemaron los cuerpos de las 11 víctimas (la familia imperial y sus allegados) en una fosa en un bosque de los Urales, cerca del monasterio Gánina Yama, sin dejar rastro.

El lunes, nuevas pruebas de ADN confirmaron la autenticidad de los restos de la familia imperial.

El clero examinará "atentamente" estos resultados, declaró el portavoz de la Iglesia, Vladimir Legoida, quien elogió una "atmósfera de transparencia".

Queda en el aire si la Iglesia dará un paso y aceptará un entierro religioso.

Según Luchenko, "la fecha de las conmemoraciones y la ocasión de reconocer (la autenticidad de los restos) pasó, nada impide ahora a la Iglesia postergar durante años esta decisión".

Y eso que “desde hace muchos años, el Estado quiere poner punto y final a esta historia y enterrar a todos los hijos de Nicolás II cerca de sus padres”, afirma Luchenko, quien ve “señales que muestran que al gobierno se le agota la paciencia”.