‘Mamá, ¿qué querés para tu cumpleaños 81?: ¡un vuelo en parapente!’

Tradición comenzó en el 2022 y para su próximo cumpleaños, Nancy quiere lanzarse en paracaídas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

“Mamá, ¿qué querés para tu cumpleaños? ¿Ropa, algo para la casa?”. Esa fue la pregunta que las hijas de Nancy Bennun le hicieron a su madre el año pasado, cuando faltaban semanas para su aniversario número 80. “Ropa tengo, no me hace falta nada chicas”, respondió la mujer de Argentina.

El 31 de marzo del 2022, después de soplar las velitas, Bennun recibió su regalo, algo con lo que soñaba desde hacía más de una década, cuando vio un documental por televisión: volar en parapente.

Un día después de cumplir 81, y en el centro de deporte de montaña Bola Loma, en el cerro San Javier, a 50 minutos de San Miguel de Tucumán, Argentina, la esperaban con la vela desplegada y un pastel.

No fue un vuelo de bautismo, como la vez anterior, pero Nancy se emocionó con pensar que sus pies estarían nuevamente a 1.500 metros de distancia del suelo, sobrevolando la selva tucumana.

Revive su recuerdo con una sensación increíble, única, “de libertad, de plenitud, porque son 15 minutos de plena felicidad”, resumió ella.

Miraba desde un lugar alto y me daba vértigo

Un vuelo de bautismo biplaza, que dura alrededor de 15 o 20 minutos, cuesta $85; y los instructores de Bola Loma cuentan que, Semana Santa, es una de las fechas más demandadas.

Es una época donde Tucumán, como muchos de los destinos más visitados del país, se llena de turistas, y la posibilidad de hacer parapente es una de las atracciones de la provincia, que puede combinarse con un paseo por las estancias de Tafí del Valle, la Ciudad Sagrada de Quilmes en los Valles Calchaquíes o la reserva arqueológica Los Menhires, en El Mollar.

“Toda mi vida he trabajado. Por más de 50 años tuve una mercería en las afueras de la ciudad de San Miguel de Tucumán. Me levantaba a las 5 a. m., hacía las cosas de la casa y después llevaba a las chicas a la escuela. Terminaba a las 9 p. m. Ahora quiero disfrutar, dijo Bennun.

“¿Sabés lo que me pasaba? Miraba desde un lugar alto y me daba vértigo, y es increíble cómo en el momento en que volé por primera vez ni me acordé. Todo lo que sentía era esa sensación de libertad, de disfrutar del aire, de la selva a mis pies, de ese paisaje que es una belleza”, comentó, y aseguró que se animaría a volar otra vez porque “los chicos” de Bola Loma son muy meticulosos.

Despejar la mente

Tan fascinada quedó Bennun con su vuelo de bautismo que a toda persona que le preguntó por la experiencia le dijo lo mismo: “Tenés que volar. Ya convencí a mis hijas y volaron las dos. Con mis amigas no tengo tanta suerte. Siempre me dicen… ‘Ay Nancy qué coraje, qué lindo lo que hiciste’. Yo les digo que vengan conmigo, pero no hay caso. Tengo un hermano que vive en San Juan, y en mayo cumple 79 años. Él vino para mis 80, y estuvo en el cerro cuando me largué en parapente. Tampoco se anima. Le da un poco de miedo”.

Antes de la pandemia, Bennun también hacía actividad física; al menos tres veces por semana iba al gimnasio. El encierro, dijo, la alejó de sus rutinas y amistades.

El desorden de los horarios como consecuencia del aislamiento descompensó, en buena parte de la población, los hábitos de la alimentación, el sueño y el descanso.

Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) también revelaron que hubo una evolución de las enfermedades mentales, que aumentaron un 25%.

“La salud mental es lo más importante, y soy consciente de eso. Me cuido, me ocupo de mantenerme activa, porque sé que ya soy grande y me tengo que cuidar. No quiero ser una molestia para nadie. A los que me dicen que estoy loca, que cómo me animo a volar, les digo que hacer parapente es cuidarme, porque es algo que a mí me hace bien. Si pienso en todo lo que pasé en estos 80 años y en esta querida Argentina, me amargo. Entonces, busco lo que me despeje la mente”, recomendó la octogenaria, y aseguró que, hasta el momento, la única medicación que toma es para la presión.

Ni ropa, ni cremas ni adornos

Ni ropa, ni electrodomésticos, ni cremas, ni maquillajes, ni adornos para la casa. Bennun dijo que, en esta etapa de su vida, quiere que le regalen experiencias.

Ya tiene su próximo turno de vuelo reservado, y para el próximo cumpleaños, sueña con algo más grande. “Creo que nunca es tarde para cumplir los sueños, y uno tiene que animarse a cosas nuevas, a emociones que te hagan sentir vivo. También quiero conocer lugares a los que nunca he ido. Ahora que viene Semana Santa, voy a ir a ver el espectáculo de luz y sonido del Cristo Bendicente. Me dijeron que es hermoso”, indicó.

Se trata del show de mapping que se proyecta sobre la estructura del Cristo, una obra con más de 28 metros de altura que asoma entre los cerros, a 2.200 metros sobre el nivel del mar, creada por el escultor tucumano Juan Carlos Iramain.

–¿Y cuál es ese sueño más grande?

–No sé si va a quedar en sueño nomás o se hará realidad. Si llego a los 82, quiero saltar en paracaídas.

Adultos mayores aventureros

Como Bennun, cuentan los instructores de Bola Loma, cada vez son más los adultos mayores que se animan a esta experiencia. Por su ubicación y las condiciones climáticas, en esta reserva natural se puede volar todo el año.

Hace algunos meses —recordó la instructora Mercedes Gijón, que tiene 27 años de experiencia— llevó en un vuelo biplaza a una mujer de 94 años. Y confesó que extraña a un matrimonio que volaba con ellos antes de la pandemia. Tenían, en ese entonces, 78 años cada uno, y viajaban de Chubut a Tucumán para “darse el gusto” una vez al año.

“Me satisface mucho cuando vuela gente mayor. Me llena el alma porque, muchas veces, están tan emocionados que se largan a llorar en el aire, o están con una sonrisa de oreja a oreja que no se les borra de la cara”, agregó Gijón, quien se siente afortunada por el trabajo que tiene.

De acuerdo con la instructora, cuando termina el vuelo, normalmente los adultos mayores la abrazan y le expresan la felicidad que sintieron en el aire. “Algunos llegan acá porque sus hijos les hicieron un regalo, como el caso de Nancy, y otros me confiesan que ahorraron peso a peso para cumplir el sueño”, comentó.

El Grupo de Diarios América (GDA), al cual pertenece ‘La Nación’, es una red de medios líderes fundada en 1991, que promueve los valores democráticos, la prensa independiente y la libertad de expresión en América Latina a través del periodismo de calidad para nuestras audiencias.