La ciudad de Nueva York quedó conmocionada tras la noticia del asesinato de Ryan Carson, de 32 años, un activista social enfocado en el cuidado del medio ambiente y la prevención de las muertes por sobredosis.
Carson estaba esperando un colectivo en el límite del barrio neoyorquino de Bedford-Stuyvesant y recién regresaba junto con su novia de una boda, cuando se le acercó a un hombre que había pateado un bote de basura, con la intención de asistirlo. Luego, el extraño lo confrontó, empujó y apuñaló con un cuchillo que tenía en su bolsillo. Carson murió antes de llegar al hospital.
El hecho caló profundo en la comunidad, en gran parte por el rol que había asumido Carson desde que llegó a la ciudad de Nueva York en el 2010, para estudiar en el Instituto Pratt. Él provenía de Boston, donde nació y fue criado.
Desde su llegada a la ciudad, se involucró de manera muy activa en la causa ambientalista y en ayudar a los más más necesitados de Manhattan, inspirado por su madre, capitana de un barco remolcador.
Su participación llegó incluso al Grupo de Investigación de Interés Público de Nueva York (NYPIRG), una ONG estudiantil y no partidaria enfocada en problemáticas sociales. En ella, por casi una década, cumplió un rol como jefe de una campaña para la administración de desechos sólidos y el reciclaje.
El director ejecutivo del organismo, Blair Horner, lo recordó de la siguiente manera: “Su tarea consistía en pensar ideas para lidiar con las botellas y latas que ensucian las calles de Nueva York, pero estuvo involucrado en muchos otros proyectos nuestros a lo largo de los años”.
Posteriormente, el NYPIRG despidió a Carson con un sentido comunicado en sus canales oficiales. “Era un miembro del equipo, colega y amigo muy querido, y un defensor de los estudiantes y el ambiente que también era creativo, talentoso, constante y animado.
“Su personalidad atrapante, sonrisa contagiosa y profunda inteligencia fueron claves para avanzar en causas por las que realmente se preocupaba en su trabajo y su vida personal. Ryan era un fiel trabajador de equipo que estaba siempre dispuesto a llevar a cabo tareas de ‘bloqueo’ necesarias para avanzar o conseguir un triunfo sobre una problemática, pero también brillaba como líder, jefe de campaña y vocero”, decía el comunicado.
Carson también era conocido en la comunidad por su activismo en torno a la prevención de las muertes por sobredosis de narcóticos, un problema que tuvo un impacto muy cercano por la pérdida de algunos de sus amigos en dichas circunstancias.
En el 2021 participó de una caminata entre la ciudad de New York y Albany, al norte del Estado, para hacer campaña a favor de que el Congreso aprobara leyes para la creación de establecimientos públicos para la aplicación de inyecciones seguras.
En este contexto fue en donde conoció y generó una estrecha relación con Emily Gallagher, miembro de la Asamblea estatal de Nueva York, quien también había perdido gente cercana por sobredosis.
La representante vecinal también le dedicó una sentida despedida en sus redes sociales. “Estoy devastada al compartir que mi querido amigo Ryan Carson [...] fue asesinado esta noche. Lo conocí hace muchos años en la escena punk y fue un amigo muy confiable en Albany y en mi hogar. Lo extraño”, escribió.
“Si tenías ganas de hablar, siempre estaba absolutamente preparado, siempre estaba ahí para uno. Es difícil cuando la persona con la que hablás sobre la pérdida es la que muere”, agregó Gallagher en diálogo con el New York Post.
Un excompañero de cuarto de Carson agregó al mismo medio que este lunes, poco después de que se conociera su muerte, un grupo de 150 personas se hicieron presentes en una vigilia en Bedford-Stuyvesant, para honrar su memoria. En un momento durante la congregación, se les preguntó a los participantes quiénes sentían que habían crecido como personas gracias a Carson, y “casi todos levantaron la mano”, según describió.
Además de su trabajo como activista, el fallecido también era un poeta con obras publicadas, y cuando trascendió la noticia de su asesinato muchos recordaron un trabajo suyo llamado Ansiedad, en el que detalla su temor alrededor de su propia muerte y sobre cómo podría llegar “cuando me necesitan”.
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