Fiestas de San Fermín arrancan con tradicional estallido de cohete y más seguridad para prevenir abusos sexuales

Defensores de los animales también han protestado por la festividad que se realiza en Pamplona.

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Pamplona, España. Con el tradicional estallido de un cohete de artificio, conocido como "el chupinazo", dio inicio este viernes la famosa fiesta de San Fermín, conocida en todo el mundo por sus encierros de toros en las calles de Pamplona.

Los toros son el centro de la fiesta, pero son los nueve días y ocho noches consecutivas de actividades, música y fiestas bañadas en alcohol lo que atrae también a más de un millón de visitantes al año a esta ciudad del norte de España, en la que viven casi 200.000 habitantes.

Las autoridades han implementado todo tipo de medidas de seguridad y protocolos especiales para prevenir y lidiar con casos de abuso sexual, que son cada vez más reportados por mujeres en festivales a lo largo del país.

Durante las fiestas del 2016, cinco jóvenes, que se hacían llamar "La Manada", se grabaron a sí mismos y compartieron los videos cuando abusaban de una joven de 18 años.

En abril, un Tribunal en Pamplona (norte) causó escándalo al descartar la violación y solo condenar por abuso sexual a los acusados, quienes penetraron sucesivamente a su víctima en un portal de un edificio.

Una mayor vigilancia y entrenamientos policiales, puestos de información y líneas directas con atención las 24 horas, serán reforzadas este año con una nueva aplicación móvil para celular, que permite el reporte instantáneo de abusos con la ubicación en tiempo real de las víctimas.

El festival comenzó este viernes cuando un hombre y una mujer de una banda musical de la ciudad, ambos con síndrome de Down, lanzaron el cohete desde el balcón del ayuntamiento de Pamplona, desatando la alegría de las miles de personas que atestaban la plaza.

Los encargados del lanzamiento este año fueron Leire Zabalza, de 28 años, e Ibai Ganuza, de 27, músicos de la banda Motxila 21 (Mochila 21) , nombrado así por el número del cromosoma que causa el desorden genético de sus miembros.

Entre gritos de “Viva San Fermín”, el santo que da nombre a la fiesta, en castellano y vasco, miles de personas vestidas de blanco con una faja roja en la cadera y el tradicional pañuelo del mismo color al cuello, se rociaron unos a otros con vino.

A partir del sábado y durante ocho mañanas consecutivas, los más osados recorrerán delante de los astados los 850 metros que separan los corrales de la plaza de toros por calles estrechas y empedradas.

Cuatro estadounidenses y tres españoles sobrevivieron el año pasado, luego de ser cornados por los toros y decenas de personas más resultaron con heridas y golpes.

Algunos defensores de los animales dicen que las actividades que involucran toros son crueles y causan daño innecesario a los animales con tal de conseguir entretenimiento humano, pero los aficionados y los defensores de las corridas de toros dicen que el animal es pieza clave de la tradición de San Fermín y debe ser preservado.

Las corridas de toros son protegidas bajo la Constitución de España como parte de la herencia cultural del país.