Dos cardenales denuncian ‘plaga de la agenda homosexual’ en Iglesia

Para los conservadores Raymond Burke y Walter Brandmüeller, redes sociales, complicidad y silencio explican por qué se ha extendido

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Roma. Dos cardenales ultraconservadores denunciaron este miércoles “la plaga de la agenda homosexual” que azota a la iglesia e instaron a los obispos de todo el mundo convocados el jueves por el papa al Vaticano a combatir ese fenómeno.

“La plaga de la agenda homosexual se ha extendido dentro de la Iglesia, fomentada por redes organizadas y protegida por un clima de complicidad y silencio”, denunciaron los dos cardenales, el estadounidense Raymond Burke y el alemán Walter Brandmüller.

La denuncia la hicieron la víspera de que se inaugure en el Vaticano una cumbre excepcional de tres días con los presidentes de las 114 conferencias episcopales de todo el mundo para combatir la pederastia dentro de la Iglesia.

También el día anterior al arranque de la actividad, una docena de víctimas de abusos sexuales por parte de curas pidieron e al comité organizador que la Iglesia adopte “acciones contundentes” e “inmediatas” porque –advirtieron– “el tiempo– de las palabras ha pasado”.

Según ambos purpurados, “las raíces de ese fenómeno se encuentran, es evidente, en esa atmósfera de materialismo, relativismo y hedonismo donde la existencia de una ley moral absoluta; es decir, sin excepciones, es puesta en discusión abiertamente”.

Los cardenales consideran que reina un "profundo desorden" y que el "mundo católico está desorientado".

Para los dos, conocidos por sus posiciones conservadores, reconocen que “el horrible crimen del abuso de menores” es grave y consideran que se ha extendido “no tanto por el clericalismo” y abuso de poder dentro de la Iglesia, sino por que se “ha alejado de la verdad del Evangelio”.

El papa Francisco es uno de los mayores críticos del clericalismo que reina en la Iglesia, entendida como la manera desviada con que se concibe ser del clero, como una casta superior, que actúa como amo y no como siervo.

“Ante ese fenómeno (la homosexualidad) tanto los cardenales como los obispos guardan silencio. ¿Ustedes también callarán con motivo de la reunión convocada por el Vaticano el 21 de febrero?”, inquirieron con tono de provocación a los presidentes de las conferencias episcopales del planeta.

Los dos forman parte del grupo de cuatro cardenales ultraconservadores que criticaron enérgicamente en el 2016 al papa Francisco por haber concedido en algunos casos la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.

En una carta enviada a Francisco lo acusaron de sembrar confusión dentro de la Iglesia y le exigieron, sin obtenerla, una respuesta a sus “dudas” sobre sus recomendaciones sobre el tema de la familia.

Tiempo de actuar

La víspera del inicio de la cumbre sobre abusos sexuales por parte de miembros del clero escuchó la voz de quienes han sido víctimas y que reclaman a las autoridades eclesiásticas poner manos a la obra contra el problema con acciones concretas.

Una delegación de afectados, formada entre otros por el español Miguel Ángel Hurtado, de la organización Infancia Robada, y el chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del sacerdote chileno Fernando Karadima, fue recibida en el Vaticano.

“Pedimos que se apliquen con rigor y rápido las leyes. Que se entreguen esos criminales a la justicia civil. No solo a los que abusan, sino también a los que encubren”, afirmó Cruz al término de la reunión de unas dos horas en un palacio del Vaticano.

"Que los obispos se pongan las pilas y apliquen las leyes que tienen que aplicar. Porque es una vergüenza", agregó.

"Es que las leyes ya existen y son claras (...) El problema son los obispos que en las reuniones asienten para luego regresar a sus países y hacer todo lo contrario", subrayó el chileno.

Caso denunciado por Hurtado, quien lamentó el silencio de la Iglesia española y pidió que al Papa los reciba “si quiere tener credibilidad”.

Cruz junto con otras víctimas de todos los continentes y el apoyo de organizaciones internacionales antipederastia como Snap y Eca, se citaron en Roma para una suerte de "contra-cumbre" para dar voz a todos aquellos que batallan desde hace décadas contra los abusos sexuales a menores cometidos por curas.

“Pedimos que la tolerancia cero sea aplicada realmente, ya (..). Que en las próximas semanas sean expulsados los obispos encubridores. Que se vea que algo pasa”, el italiano Francesco Zanardi, de la Red L’Abuso.

"El tiempo de las palabras ha pasado", clamó.

“Queremos actos concretos, ver medidas contundentes en pocas semanas”, agregó ante el medio centenar de periodistas que los esperaban fuera del palacio ubicado a pocos pasos de la basílica de San Pedro.