Directora del Observatorio Covid-19 de la Universidad de Miami: Reapertura económica sin efectuar pruebas es ‘una combinación letal'

La doctora Felicia Marie Knaul considera que el uso de mascarillas debe ser obligatorio en los países que relajan las restricciones en medio de la pandemia

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Ciudad de México. La reapertura económica en Latinoamérica, en momentos en que los casos de coronavirus siguen a la alza, es un riesgo y, combinado con la falta de pruebas, puede ser “letal”, afirma en entrevista telefónica con El Universal la doctora Felicia Marie Knaul, directora del proyecto Observatorio Covid-19 de la Universidad de Miami, enfocado en América.

La pandemia, advierte la directora del Instituto de Estudios Avanzados para las Américas de la Universidad de Miami, está “lejos de estar domada”.

– Usted ha señalado que México empezó tardíamente la contención de esta pandemia  y estamos viendo ya el inicio de la reapertura,  a pesar de que las cifras de contagios y decesos se mantienen en niveles elevados. ¿Cómo ve esta decisión?

– En los países, entre ellos México, en que vemos que realmente no hay una respuesta adecuada o clara por parte del gobierno nacional federal, es menester que entren los estados, la sociedad civil, los medios de comunicación con mensajes claros y precisos para la población.

“Si pensamos que México sigue en una fase muy aguda de lo que es la pandemia, sin los recursos hospitalarios necesarios para enfrentarlo, si eso sigue creciendo en particular, es un momento arriesgado para seguir con la apertura. La clave es que si van a seguir con el relajamiento del distanciamiento físico, la población tiene que usar mascarilla. Eso debería ser obligatorio.  

“En segundo lugar, hablar claramente de la necesidad de usar bien el cubrebocas, qué tipo de cubrebocas, no tocarse la cara, lavar las manos con la frecuencia adecuada, mantener el distanciamiento físico, social cuando se pueda, y el gobierno tiene que hacer más pruebas. Eso es absolutamente clave, y hacer el rastreo y seguimiento de contactos para las personas positivas”. 

– Al menos en el caso de México y en gran parte de América Latina, las pruebas, el rastreo, no es algo que se esté realizando de manera tan generalizada como sí se está haciendo en otros países. En estas condiciones, ¿cuál es el panorama que usted ve?

– “Cuando analizamos los datos del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), comparamos la tasa de pruebas por 100.000 habitantes, y México está peor que cualquiera. Está más bajo cuando comparamos Brasil, Perú, Argentina, Colombia y Chile, y por supuesto muy por debajo de Estados Unidos y España. Otros países no lo están haciendo bien, México no lo está haciendo bien. La combinación de apertura sin pruebas puede ser letal, explosivo para la población. No usar las pruebas y no hacer obligatorio el uso de la mascarilla  se traduce en más mortalidad”.  

– Algunas autoridades de la región están mandando el mensaje de que la pandemia ya fue domada.

– Para nada. No hay ninguna evidencia de que hemos logrado salir de esta pandemia. Lo que estamos viendo en ciertos países como en Europa es que han logrado contenerla, porque ya vivieron lo peor y porque están instrumentando una serie de políticas públicas y porque además cuando hablamos de la mortalidad, tienen la capacidad hospitalaria para manejar a los pacientes. Aplanaron la curva y pueden responder. Donde hay brotes, responden adecuadamente.

“Pero en el caso de América Latina, la pandemia está en pleno aumento. No hay ninguna evidencia de que se está logrando dominarla. Incluso en Perú, donde hemos visto una política de distanciamiento físico muy adecuada, es el ejemplo, están viendo un aumento en los casos y en mortalidad muy difícil de contener”.

– En América Latina, ¿quiénes lo están haciendo bien y quiénes lo están haciendo mal?

– Perú ha tenido una política pública de distanciamiento bastante organizada, clara. Y sin represión de la población.

“Hay otros países donde nos preocupa lo que nos están diciendo sobre el tema de derechos humanos, como es el caso de El Salvador o Venezuela, donde el contener el movimiento de la población tiene también un marcaje político. 

“Hay iniciativas interesantes, importantes en Chile, donde estamos viendo más pruebas, pero toda la región está en dificultad.

“En cuanto a los que de plano no están reaccionando ante la pandemia es Nicaragua, y tenemos a Brasil y México, los dos países grandes que, según nuestras estimaciones, tienen un índice de política pública muy baja, poco eficaz, comparado con los demás países, y también con más movimiento poblacional”.

– ¿Cómo está impactando esta pandemia en la atención a otras enfermedades, y qué podría hacerse para revertir este impacto en América Latina?

– En primer lugar, lo que buscamos desde el principio de esta enfermedad es el aplanamiento de la curva para no saturar al sistema de salud, para poder seguir atendiendo por ejemplo a pacientes con cáncer mientras atendemos también a pacientes con covid-19.

 “En segundo lugar, apoyar a la población en sus esfuerzos por prevenir, no solo el covid sino en general para cuidarse hasta donde se puede… 

“En tercer lugar, podemos enfatizar las opciones de telemedicina y teletrabajar. 

“Pensando más hacia adelante, está la importancia de invertir  en estar preparados para lo que puede venir. Regreso al tema de cuidados paliativos, de los que hay una terrible ausencia en México. Estamos viendo a nivel mundial que los que tienen entrenamiento y capacitación en cuidados paliativos están más preparados para enfrentar esta pandemia. 

“Me gustaría pensar en sistemas de salud más fortalecidos en el futuro, pensando en cobertura universal de salud,  en los paquetes básicos y extendidos, en buscar la pluralidad en la prestación, para que haya más opciones y mejor calidad, y un financiamiento  público universal.

“Otro aspecto son los daños colaterales del distanciamiento… Uno es cómo mitigar el aumento en el riesgo de violencia intrafamiliar, de violencia de género con el distanciamiento; las inequidades de género en el mercado laboral… Deberíamos aprender de esto, por qué es tan importante invertir en eso”.

– Y también está el tema de la salud mental.

– No estamos respondiendo adecuadamente ante ello como sistema de salud en el mundo… Estamos viendo un aumento en la carga. Aquí es muy importante entrar en el tema de los cuidados paliativos, porque una parte donde podemos suavizar esta situación es en el proceso de pérdida que están sufriendo las familias. No pueden entrar, no pueden estar con ellos. Pero sabemos que hay técnicas, posibilidad de hacer más suave este proceso.

“Hay cosas que podemos hacer…  ayudar a que los familiares puedan ver y hablar con los pacientes vía video, usando el teléfono, un ipad… y esto va a tener beneficios a largo plazo para el sistema y las familias.

“Otro tema es el gasto catastrófico en salud. En México con el Seguro Popular había estado a la baja, había bajado desde principios de los 90 con la reducción de la pobreza y, a partir de 2000, 2004, con los cambios en el sistema de salud. Habíamos visto reducciones considerables en las tasas de gasto catastrófico y empobrecedor que enfrentaban las familias. Ahorita estamos muy preocupados.

“Estamos restando en la parte del denominador que es el ingreso y estamos viendo situaciones de desesperación para las familias, que no pueden acceder a los sistemas normales para adquirir servicios que no son para el covid y familias que han sufrido el covid que están recibiendo mensajes de todo tipo, de qué comprar, cosas de corrupción… Es momento de pensar en cómo cuidar a las familias de los gastos catastróficos empobrecedores…  Pierdes a un familiar y a la vez pierdes la economía familiar”. 

– En esta pandemia hemos visto una cantidad terrible de desinformación e incertidumbre. ¿Qué se puede hacer en este tema?

– Hay que hablar de gobernar con responsabilidad, buscar líderes en todos los ámbitos, no solo en el sector público o la política. Líderes que saben que si ellos usan cubrebocas, dan un mensaje a la población de también usar cubrebocas. Si no los usan, dan un mensaje de no usarlo. 

“Es importante que seamos ejemplo. Lo que es obvio es que cuando uno ve al presidente de Estados Unidos, de México, no usando cubrebocas, y que ni siquiera el ejemplo de Boris Johnson entrando en cuidados intensivos ayudó a mostrar que si algo tiene este virus es muy democrático… Se da a todos, pero los que se están muriendo con tasas mucho más altas son los pobres, que no tienen acceso a los servicios. Lo que tienen que hacer nuestros máximos líderes es ser ejemplo”.