¿Cuál es la relación entre la ultraderecha y la masacre en la sinagoga de Pittsburg?

Resurge el debate sobre la permisividad del gobierno estadounidense y la influencia de las redes sociales en la organización de grupos radicales como el Ku Klux Klan compuestos por supremacistas blancos

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Washington. La masacre en una sinagoga en Pittsburgh puso el foco sobre la existencia de grupúsculos racistas, neonazis y antisemitas en Estados Unidos, y reavivó el debate sobre si el presidente Donald Trump los permite.

¿Quiénes son los grupos de ultraderecha?

La subcultura de ultraderecha existe hace mucho tiempo en Estados Unidos, pero cobró fuerza tras los ataques del 11 de setiembre de 2001 por el sentimiento anti-musulmán, y ganó mayor apoyo en 2010 cuando Richard Spencer fundó el sitio web AlternativeRight.com.

La autoproclamada “derecha alternativa” (‘alt-derecha’) es multifacética y muy activa en las redes sociales, lo que compensa su debilidad estructural a nivel nacional.

Reúne a organizaciones como el Partido Nazi estadounidense o el Ku Klux Klan, y a supremacistas blancos en grupos como Rise Above, Identity Evropa, Proud Boys y el National Policy Institute de Spencer.

Si bien algunos no se identifican formalmente como antisemitas, comparten el objetivo de un Estados Unidos blanco, cristiano y conservador, y denuncian la inmigración, la globalización y los derechos de las minorías o sexuales.

Ni Robert Bowers, acusado de la masacre de Pittsburgh, ni Cesar Sayoc, el fanático de Trump arrestado por enviar por correo paquetes bomba a políticos demócratas y otros críticos del mandatario, fueron identificados como miembros de grupos de extrema derecha.

Pero en las redes sociales cuyo uso se les atribuye, ambos comulgan con los sentimientos típicos de la “alt-right”: son antiinmigrantes, antimusulmanes y antisemitas.

¿Hay un resurgimiento del extremismo?

Antes marginada de la sociedad, la 'alt-right' logró gran visibilidad a partir de 2015 con la carrera presidencial de Trump, alentada por el sitio de noticias Breitbart dirigido por Stephen Bannon, que promovió una derecha desinhibida frente a lo "políticamente correcto".

Aunque es difícil estimar el número de simpatizantes de extrema derecha, expertos dijeron que para cuando Trump asumió en enero de 2017 sumaban decenas de miles de miembros activos y cientos de miles de partidarios, todos conectados por internet.

El movimiento pareció alcanzar su pico máximo en agosto de 2017 con la marcha “Unir la Derecha” en la ciudad de Charlottesville, la reunión de extrema derecha más grande en el país en décadas.

Para contrarrestarla, miles de activistas opositores también acudieron a la ciudad. El enfrentamiento terminó con la muerte de una mujer atropellada por un activista de ultraderecha.

Spencer Sunshine, de Political Research Associates, advirtió el año pasado sobre el aumento creciente del racismo 'Trumpista'. Estados Unidos registró en 2017 un aumento del 57% en los incidentes antisemitas en comparación con 2016, el mayor incremento desde la década de 1970, según la Liga Anti-Difamación.

¿Qué papel juega Trump?

Trump, cuya hija Ivanka se convirtió al judaísmo para casarse con Jared Kushner, ha condenado los actos antisemitas. Pero su actitud hacia la extrema derecha ha sido mucho más ambivalente.

Tardó 48 horas en pronunciarse sobre lo ocurrido en Charlottesville y cuando lo hizo, culpó a “ambas partes”, a pesar de la abrumadora evidencia de que los neonazis eran la principal fuente de violencia. Trump declaró que había “gente muy buena en ambos lados”, lo cual según los críticos empoderó a la ultraderecha.

En términos más generales, Trump es acusado de promover la violencia a través de tuits y discursos casi diarios contra inmigrantes, opositores y periodistas. Los críticos del mandatario dicen que alienta los prejuicios al llamar “violadores” y criminales “atroces” a los inmigrantes latinoamericanos, emitir prohibiciones de viaje contra los musulmanes y tildar a las naciones africanas de “países de mierda”.

Trump y su entorno han demonizado al multimillonario y donante demócrata George Soros, de origen judío, acusándolo de pagar a manifestantes contra el presidente y de financiar una caravana de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos, en un lenguaje similar al discurso antisemita.

Pero Trump y la Casa Blanca rechazan enérgicamente la idea de que el propio presidente ha fomentado el odio, culpando a los medios "deshonestos" por suscitar "ira" y división social.

¿Cómo inciden las redes sociales?

En Estados Unidos, el revisionismo y el negacionismo no están prohibidos por ley en nombre de la libertad de expresión. Facebook o Twitter actuaron como caja de resonancia para la 'alt-right', antes de la eliminación de cuentas que promovían el odio racial, como las de Alex Jones.

Parte de la derecha ha estado en foros de discusión como Reddit, 4chan o Gab.

Bowers aparentemente llamó a los judíos “hijos de Satanás” en Gab, según SITE, un centro especializado en la vigilancia de organizaciones extremistas. También atacó a la ONG HIAS (Sociedad de Ayuda al Inmigrante Hebreo), acusándola de “traer invasores para matar a los nuestros”.