Si sufre de vértigo, probablemente no le sería fácil entrar a un lujoso bar y restaurante que tres arquitectos diseñaron y proponen construir. Este estaría suspendido en el aire y al borde de uno de los cañones más grandes de América: el cañón del Cobre, en el estado de Chihuahua, México.
La estructura de este peculiar inmueble tendría piso de cristal y los visitantes podrían apreciar la naturaleza del sitio con una vista realmente privilegiada.
El proyecto fue trazado por la firma Tall Arquitectos y, si llegara a concretarse, se llamaría Biré Bitori, en el que se serviría comida elaborada a partir de productos locales y cuyo mobiliario se encargaría a artesanos del sitio.
Planteamiento y diseño
El restaurante pretende ser un sitio “radical” y crear toda una experiencia a sus visitantes, según los diseñadores de Tall Arquitectos.
Este se asentaría sobre unas grandes vigas enclavadas en la pared del Cañón de Cobre, también conocido como Barrancas del Cobre, situado en la Sierra Tarahumara.
El diseño se planteó para que sea de dos niveles: en el primer piso del restaurante habría un cuadrado de cristal de suelo en el que se vería el vacío, mientras que la parte superior funcionaría como un mirador desde el cual se podría observar la naturaleza del sitio, explicó la agencia EFE en una publicación.
Desde el restaurante podría visualizarse la cascada Basaseachi, que es una de las más altas de México y tiene 270 metros de caída libre.
El área que no estaría sobre el abismo, sino sobre tierra, consistiría en una plaza abierta para parquear los vehículos. Esta área tendrá muros de 2,5 metros de altura. El proyecto también contempla la edificación de una piscina.
“La filosofía del diseño es la de simplificar al máximo las formas para permitir que los colores o decoraciones tomen posesión del espacio, y manejar el color mismo del material pétreo como complemento de la arquitectura, sin modificar el espíritu de paz, alegría, refugio y bienestar para lo cual fue concebido, ni romper con el protagonismo de la barranca”, declaró uno de los arquitectos a la agencia EFE.
Si tuviera la oportunidad de visitar un sitio como este, pregúntese: ¿se armaría de valor y entraría?