Al menos 57 muertos en un motín en cárcel de Brasil

Enfrentamiento entre bandas rivales fue el origen de la disputa; 16 personas fueron decapitadas

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Río de Janeiro. Al menos 57 presidiarios fueron asesinados este lunes por otros reos durante enfrentamientos entre bandas criminales en la cárcel de Altamira en el norte de Brasil. Dieciséis de las víctimas fueron decapitadas.

Un pleito entre bandas criminales comenzó cerca de las 7 a. m. (hora local) y concluyó antes del mediodía. La pugna se dio entre el Comando Vermelho, ubicado en Río de Janeiro, y la banda Comando Classe A, informaron las autoridades penitenciarias del estado Pará.

“Líderes del (Comando Classe A) prendieron fuego a una celda de uno de los pabellones de la prisión, donde estaban los miembros del (Comando Vermelho)”, se indica en un comunicado.

El incendio se propagó rápidamente, y los presos se resguardaron en viejos contenedores que habían sido adaptados para la cárcel mientras se construye otra instalación, manifestó Jarbas Vasconcelos, jefe estatal de prisiones, en una conferencia de prensa. Durante varias horas la Policía no pudo ingresar al lugar debido al fuego.

Dos trabajadores de la penitenciaría fueron tomados como rehenes, pero luego fueron liberados.

“Fue un ataque específico. La meta era demostrar que era un ajuste de cuentas entre las dos bandas, no una protesta ni rebelión contra el sistema penal”, manifestó Vasconcelos.

“Es probable que muchos detenidos hayan muerto asfixiados”, agregó el funcionario, indicando que el balance de víctimas podría agravarse.

Las autoridades no encontraron armas de fuego tras el motín, solo puñales hechos a mano.

En total, 46 reos serán transferidos a otras cárceles, de los cuales 10 irán a instalaciones federales más estrictas.

Sistema carcelario en problemas

En su campaña, el presidente Jair Bolsonaro prometió frenar la violencia generalizada en Brasil, incluyendo en las prisiones del país, las cuales suelen estar hacinadas y fuera de control.

The Associated Press obtuvo un informe de este mes del Consejo Nacional de Justicia presentado por un juez local a cargo del penal, en el cual se afirma que en la prisión había 343 detenidos cuando su capacidad máxima es de 163.

Sin embargo, Vasconcelos indicó que la situación no cumplía los requisitos oficiales para considerarla hacinada.

“No es una unidad que tenga hacinamiento carcelario; consideramos que hay hacinamiento cuando supera el 210%”, manifestó Vasconcelos durante la conferencia de prensa.

El juez que presentó el informe describió que el estado general de la prisión de la ciudad de Altamira es “terrible”.

En muchas de las cárceles de Brasil, los pocos guardias batallan para mantener el poder frente a una creciente población de reos, que pueden realizar actividades criminales tras las rejas.

El motín es similar a otros ocurridos en mayo en varias prisiones del colindante estado de Amazonas, en los que murieron un total de 55 reos.

A principios del 2017, más de 120 presos fallecieron en prisiones del norte de Brasil cuando bandas rivales se enfrentaron por el control de las rutas de narcotráfico de la región. La violencia duró varias semanas y se extendió a varios estados.

Autoridades estatales de Pará pasaron la tarde en Altamira, elaborando un plan de seguridad para evitar posibles represalias en la región. En las próximas semanas se enviará a fuerzas policiales del municipio cercano de Santerem para que refuercen las medidas de protección.

Las autoridades penales dijeron que no habían recibido ningún informe de inteligencia previo sobre un posible ataque.

La prisión es operada directamente por el estado, no por un tercero privado como las cárceles de Manaos donde ocurrieron los disturbios en mayo.

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