Insurrección contra Gadafi controla el este de Libia

Crece presión internacional contra régimen para evitar otro baño de sangre

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Tobruk, Libia. AFP, AP. El gobernante libio, Muammar Gadafi, se hallaba ayer asediado por una rebelión que controlaba el este del país y por la presión internacional para que se abstenga de desencadenar un nuevo baño de sangre para salvar a su régimen.

La insurrección parecía sólidamente implantada en Cirenaica, una región que representa aproximadamente un tercio de Libia y dispone de abundantes recursos petroleros, indicaron habitantes del lugar.

Rebeldes armados y soldados que se sumaron a la causa insurgente fueron avistados en la carretera que va de la frontera egipcia a Tobruk (a 150 km al oeste).

“Cirenaica no está más bajo el control del gobierno y hay enfrentamientos y violencia en todo el país”, sintetizó en Roma el canciller italiano, Franco Frattini.

Ante ese panorama en el país norafricano, el presidente estadounidense, Barack Obama, declaró ayer que la represión armada y el baño de sangre en curso en Libia son “escandalosos”, y señaló que los responsables de la violencia deben ser “responsabilizados” por sus actos.

Obama, en sus primeras declaraciones televisadas sobre la crisis libia, anunció que enviará a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, a Ginebra para una reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y dialogar con los cancilleres de países aliados.

Cada vez, más muertos. La represión del levantamiento popular dejó 640 muertos desde su inicio el 15 de febrero, de acuerdo con datos divulgados en París por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).

El balance gubernamental de víctimas era el martes de 300 muertos, 111 de ellos militares.

Todas esas cifras podrían verse superadas rápidamente si Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, cumple su promesa de “luchar hasta la muerte”.

El martes, el “guía de la revolución” ordenó aplastar la rebelión y llamó a sus seguidores a salir ayer a las calles para expresarle su apoyo y “capturar a las ratas” que procuran derribar a la Jamahiriya (república de masas) Árabe Popular y Socialista.

Esa convocatoria solo la acataron unas pocas decenas de manifestantes en Trípoli. Milicianos y partidarios del régimen recorrían las calles principales, disparaban al aire y coreaban vivas a Gadafi mientras agitaban banderas.

En muchos barrios, los vecinos organizaron grupos de vigilancia y erigieron barricadas con bloques de cemento, metal y piedras y registraban a los que querían entrar, dijo un activista local. Muchos repartían octavillas en las que anunciaban una marcha opositora mañana y exhortaban a los vecinos a refugiarse en las mezquitas en caso de violencia.

Un grupo de 60 intelectuales, jueces, médicos y periodistas vinculados con las protestas elaboró una lista de reclamos para la era pos-Gadafi, entre ellas una asamblea nacional de representantes de cada región para formar un gobierno de transición y redactar una constitución, indicó el activista.

La rebelión en Libia se inspira en las que derrocaron a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto.