Bangkok
El turismo sexual infantil es un flagelo mundial en plena mutación, con un número creciente de abusadores ocasionales y oriundos de países de América Latina y el sudeste asiático.
Así lo revela un informe publicado este jueves, el cual fue supervisado por Organización Mundial de Naciones Unidas (ONU).
"No hay ninguna región al abrigo de este crimen y ningún país es inmune", explica el Estudio global sobre explotación sexual de niños, niñas y adolescentes en viajes y turismo, realizado por unas 70 organizaciones oficiales, oenegés y universitarias.
Los avances tecnológicos y el abaratamiento de los viajes son dos factores claves que explican en gran medida el desarrollo de esta forma de criminalidad, la cual desbordó todas las tentativas de controlarla.
El estudio señala que la evolución de esa forma de criminalidad ha crecido en las últimas dos décadas.
La red permite compartir información con mayor facilidad o desarrollar nuevas formas de trata de personas.
El reporte detalla, por ejemplo, una subasta en línea de niñas organizada en la ciudad colombiana de Medellín por un jefe del narcotráfico.
La investigación apunta que los abusadores ya no son pederastas fichados, procedentes de países ricos.