Atenas. EFE. La dificultad para formar un Gobierno vuelve cada vez más inestable el escenario político de Grecia, dada la fragmentación del Parlamento que resultó de las elecciones del domingo pasado.
La Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) es ahora la segunda fuerza política y encargada de formar gobierno después del fracasado intento de los conservadores .
El partido entiende que el voto popular es un mensaje político en contra de las medidas de austeridad impuestas a Grecia por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
El líder de Syriza, Alexis Tsipras, llamó a los miembros de la anterior coalición de gobierno, los socialistas del Pasok y los conservadores de Nueva Democracia, para que se unan al boicot contra el plan de rescate financiero a Grecia, lo que aumenta la preocupación y la incertidumbre en medios comunitarios e inversores institucionales.
Esta postura contradice el acuerdo cerrado por la coalición de socialistas y conservadores, encabezada por el tecnócrata Lucas Papademos. Según su lineamiento, la segunda inyección de 130.000 millones de euros sería el ancla de salvación para satisfacer los pagos de una buena parte de la deuda soberana del 170% del PIB a principios de año. De los 266.000 millones de euros de la deuda helena, el 73% está controlado por la troika.
Ante la falta de liquidez a partir del verano, cada vez se escuchan más voces en los foros financieros sobre una posible salida de Grecia de la zona euro, pese a los desmentidos más o menos convincentes que salen de Bruselas.