Imagen de Morales en Bolivia sigue en picada

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La Paz. AFP. El presidente boliviano Evo Morales celebró ayer su quinto año en el poder, reivindicando su política indígena y nacionalista, aunque con su credibilidad dañada por un frustrado aumento de combustibles que provocó malestar.

Morales llegó al poder en el 2006, tras arrollar en las elecciones del 2005 con el 54% de los votos, y revalidó el cargo con un impresionante 64% en enero del 2009.

En su segundo periodo constitucional, ha mantenido su discurso antiestadounidense y su acercamiento comercial, económico y político con países como Irán, Cuba y Venezuela, tres enconados rivales de Washington.

Sin embargo, Morales tiene su imagen y credibilidad maltrecha tras aplicar la última semana de diciembre un incremento del 83% en el precio de la gasolina y el diésel, el más alto de la historia del país.

La medida sólo provocó fuertes protestas civiles, principalmente en ciudades donde el oficialismo tenía a sus bastiones electorales, lo que obligó al gobernante a derogar la norma cinco días después.

La revisión, empero, no pudo contener una escalada inflacionaria que aún continúa en los mercados de abasto de alimentos, como el azúcar y el aceite, con porcentajes que fluctúan entre el 20 y 30%.

“Lo encuentro a Morales en un momento muy difícil, con baja popularidad y credibilidad, comparada con la que tuvo antes del gasolinazo ”, afirmó el analista político y docente universitario Carlos Cordero, al referirse a las encuestas privadas que colocan al gobernante con el 30% de respaldo ciudadano.

Los festejos callejeros oficialistas, con ceremonias indígenas religiosas todo el día, son para Cordero una demostración de fuerza y una campaña mediática para tratar de cambiar su imagen debilitada.