Tegucigalpa. AP. El Gobierno hondureño enviará en febrero al Congreso una ley para regular el “comportamiento ético” de los dueños de las empresas periodísticas.
“Los empresarios deben cumplir un marco ético para orientar e informar de manera imparcial”, dijo el presidente Porfirio Lobo al mencionar la propuesta de ley en declaraciones formuladas en el canal 10 de la televisión local.
“Cuando leo un periódico asumo que me dice la verdad”, aseguró Lobo, quien cumplió ayer dos de sus cuatro años de gestión.
“Y el lector no asume que el dueño del periódico es propietario de otra empresa que quiere que el Gobierno le dé un contrato y que, para lograr ese contrato, da líneas a sus periodistas de atacar al Gobierno. Este no es un tema de los periodistas, es un tema de los dueños de los medios”, aseguró el mandatario.
Lobo se refería así a que la mayoría de dueños de medios en Honduras poseen fuertes inversiones en negocios como bancos, constructoras, laboratorios médicos, bienes inmobiliarios, maquiladoras, cementeras, energía, agricultura y hasta en venta de armas.
En Honduras, afirman las autoridades, algunos medios buscan el favor estatal para obtener contratos y, cuando no lo logran, atacan al Gobierno desde sus periódicos o estaciones de radio y televisión.
“Tengo testimonios de redactores que aseguran haber recibido instrucciones para criticar al Gobierno y esos testimonios apoyan mis argumentos”, afirmó Lobo.
Lobo, eso sí, insistió que en ningún momento busca “coartar la libertad de expresión, pero así como los medios exigen a los políticos un límite ético, los dueños de las empresas periodísticas deben también tener un límite en sus acciones”, afirmó.
El político, además, se desmarcó de seguir los pasos de algunos de sus colegas suramericanos que mantienen tensas relaciones con los medios de sus naciones.
Lobo advirtió que la prensa no es para el beneficio personal de nadie porque en nombre de la libertad de expresión nadie puede defender sus intereses particulares.
Honduras es considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. En tres años han sido asesinados 22 reporteros y ejecutivos de prensa a raíz de una creciente ola criminal.