París. AFP. El presidente francés, François Hollande, prometió que el segundo año de su presidencia será el año de los “resultados”, durante una reunión con sus ministros, al cumplirse ayer el primer aniversario de su elección , marcado por malos resultados económicos e impopularidad récord.
“Lo que se ha hecho desde hace un año es consistente, y lo que queda por hacer es considerable”, señaló Hollande al Gobierno, reunido en el palacio del Elíseo, en una declaración introductoria transmitida a la prensa.
Además, anunció que el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, presentará en las próximas semanas un plan de inversiones para los próximos 10 años, destinado al sector “digital, la transición energética, la salud, las grandes infraestructuras y de forma general, las nuevas tecnologías”.
“Las reformas que se han iniciado van a cambiar el rostro de Francia, profundamente. Pero requieren tiempo para dar su plena medida”, advirtió, a la vez que aseguró entender “el escepticismo de los franceses”.
Hollande también hizo referencia a las “oposiciones” que enfrenta, “duras, brutales (...) a veces incluso en la calle”.
Asediado por protestas. El domingo, decenas de miles de manifestantes desfilaron en París, convocados por el tribuno de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, para protestar contra las “promesas traicionadas” de los socialistas en el poder y reclamando “que cambie realmente”.
En paralelo, miles de opositores al matrimonio entre homosexuales, que no se rinden pese al voto definitivo de la ley en el Parlamento, salieron a las calles de las grandes ciudades de Francia.
Atacado tanto a su derecha como a su izquierda, es calificado de persona “sin color, sin olor y sin sabor” por la responsable de la extrema derecha, Marine Le Pen. François Hollande, el primer presidente de izquierda desde que François Mitterrand dejó el poder en 1995, bate todos los récords de impopularidad, en un contexto de desempleo sin precedentes (10,6%) y de crecimiento estancado.
Escándalos. Además, la imagen de la República “ejemplar” que pretendía poner en marcha se ha visto empañada por la confesión del exministro de presupuesto, Jérôme Cahuzac, sobre su cuenta bancaria escondida en el extranjero.
“Un año después de la elección de François Hollande, Francia vive una crisis política, económica, social, moral”, observó ayer el diario de izquierdas Libération .
Los ministros, que participaron este fin de semana en un encuentro de los Jóvenes Socialistas en Soustons (suroeste), indicaron el camino por seguir al evitar cualquier ejercicio de autosatisfacción. Hasta el punto de que el diario conservador Le Figaro consideró que “el PS se esconde en su primer aniversario”.
En cuanto a la posibilidad de un cambio de gobierno con un equipo menor de una veintena de ministros, el primer ministro Jean-Marc Ayrault dijo que “cada cosa a su tiempo”, aunque recordó que es una decisión del jefe de Estado. También reconoció algunas discordancias en el seno del ejecutivo, pero aseguró que a pesar de las críticas , el “rumbo se mantiene aún con torpezas”.