Hambruna se cierne sobre millones en región africana

Falta de lluvia azota al llamado cinturón del Sahel que cruza continente

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Uagadugú. EFE. Millones de personas en la región africana del Sahel hace meses comen solo una o dos veces al día y esa ingesta se reduce a una pasta muy nutritiva hecha de agua y cereales, y a hojas de algunos árboles que recogen en las márgenes de las carreteras.

El Sahel forma un cinturón de hasta 1.000 km de ancho, que atraviesa varios países de África desde el Atlántico hasta el Mar Rojo.

Grupos de ayuda que trabajan sobre el terreno y organizaciones internacionales, han dado la voz de alarma. Si no hay una intervención de ayuda inmediata y no llueve lo suficiente en dos meses, gran parte de la población de Burkina Faso, Mauritania, Malí y Chad padecerán una hambruna.

“Tenemos que evitar que se repita lo que ocurrió en los países del Cuerno de África y que nos encontremos con otra catástrofe humanitaria”, alerta Omer Kaboré, director en Burkina Faso de Intermón Oxfam.

Intermón ha denunciado que la campaña por el Sahel lanzada por la ONU en diciembre, sigue sin cumplir las expectativas de acopio de recursos. Aún no se han desembolsado ni la mitad de los fondos prometidos por $1.500 millones.

En Burkina Faso, todos miran hacia el cielo. Y rezan, sean católicos, musulmanes o animistas, para que la estación de las lluvias que acaba de empezar sea abundante.

La población rural, 80% de los habitantes, empezó a sembrar semillas de cereales con el estómago vacío y sin reservas en sus casas. Muchos de los que tenían animales (vacas famélicas y cabras) están vendiéndolos para comprar cereales en el mercado.

Burkina, que arrastra las consecuencias de las crisis alimentarias de 2005 y 2008, vivió en 2011 la peor sequía en 60 años, por lo que la población no dispone de mínimas defensas para la sequía.