MÉxico. EFE. La fuga ayer de 131 reos de una cárcel del norte de México puso en evidencia la debilidad de la estrategia contra el crimen organizado lanzada por el gobierno de Felipe Calderón, quien dejará una asignatura pendiente en política penitenciaria a su sucesor.
El penalista Julio Hernández Barros expresó que en México hay “una crisis en las prisiones desde hace mucho tiempo” que ha motivado varias fugas masivas.
El propio Calderón consideró “deplorable la fuga del penal estatal de Piedras Negras”, ubicado en el estado de Coahuila, y apuntó a que “debe corregirse la vulnerabilidad de instituciones de justicia” .
La cárcel de Piedras Negras alberga a hombres y mujeres, que salieron del penal gracias a un túnel de 30 metros de largo y 3 de hondo.
El director de la prisión, el jefe de turno y el responsable de los guardias quedaron bajo arresto preventivo, mientras se investiga su supuesta responsabilidad en la fuga.
Se trata de la segunda mayor fuga durante el sexenio de Calderón, superada solo por la de 141 reos ocurrida el 17 de diciembre de 2010 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y preocupa sobre todo porque entre los prófugos hay 86 reos federales; esto es, los ligados a los delitos más graves, como tráfico de drogas y crimen organizado.
Las autoridades estatales pusieron en marcha un operativo de búsqueda desde la tarde de ayer; además, se alertó a Estados Unidos, en particular a Eagle Pass, urbe vecina con Piedras Negras.
Capturas. La Procuraduría General de Justicia de Coahuila (PGJC) anunció ayer que tres mujeres de la cárcel fueron recapturadas en la madrugada, en una revisión exhaustiva que permitió hallarlas escondidas en una carpintería.
Además, la dependencia precisó que la cifra de fugados ayer era de 131 y no 132 como se informó inicialmente, sin precisar la proporción de mujeres y varones.
Tras la recaptura de las tres mujeres, suman 128 las personas que aún están libres tras fugarse del penal, agregaron las fuentes de la Fiscalía estatal de México.
Entre tanto, las autoridades de Estados Unidos reforzaron ayer la seguridad en su frontera con México, tras la fuga de presos en Piedras Negras, ciudad fronteriza con el estado de Texas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por su sigla en inglés) de Estados Unidos aseguró haber incrementado el personal de seguridad, destinado al área más próxima a la cárcel.
Aun así, “no hay constancia de que ninguno de los fugados haya tratado de traspasar la frontera, aseguró Rick Pauza, un portavoz de la agencia federal.
La agencia estadounidense destacó también unidades del Ejército y las policías federales, estatal y municipal cerca de la prisión.