Falta de diésel deja a oscuras a Gaza

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Gaza. DPA y EFE. Los hospitales de Gaza capital declararon ayer el estado de emergencia por falta de electricidad, después de que la única planta de la Franja palestina dejó de funcionar el sábado por no disponer de combustible.

El jefe de emergencias en Gaza, Mo'aweya Hassanein, dijo que el apagón afectó a hospitales pediátricos, un departamento de maternidad, departamentos renales, guarderías de bebés y unidades de cuidados intensivos.

El aumento de ocho a 12 horas diarias de corte eléctrico en la franja de Gaza “llevará a una crisis humanitaria y a un deterioro de los servicios médicos”, consideró.

La planta había sido cerrada el sábado por escasez de gasolina diésel industrial, cortando la energía eléctrica a más de 700.000 personas, indicó Kan'an Obied, presidente de la autoridad energética de la Franja, administrada por Hamás.

Hasanein advirtió de un desastre humanitario como resultado del apagón y señaló que los servicios de salud están sufriendo un serio deterioro.

La carencia de combustible se origina en una disputa administrativa desde hace meses entre los dos Gobiernos palestinos paralelos: el de Hamás, en Gaza, y el de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), vertebrado por al-Fatah, en Cisjordania. Esta situación ha dejado a Gaza con entre seis y doce horas al día de suministro eléctrico en los últimos meses.

La ANP asegura que la administración islamista no paga la electricidad y deja un déficit presupuestario, que luego toca cerrar al de Cisjordania.

Hamás dice que ha enviado las facturas al Gobierno de Ramala, al que acusa de haber incumplido un compromiso de hacerse cargo del pago del combustible industrial para la planta eléctrica, que la Unión Europea dejó de subvencionar.

La central ya ha cerrado momentáneamente en varias ocasiones, tres en lo que va de año, por escasez de combustible.

Esta vez, lo ha hecho en medio de una ola de calor, que ha llevado las temperaturas en la Franja hasta los 35 grados centígrados, lo que aumentó el consumo de aire acondicionado y ventiladores y ha mermado las existencias de energía.

La planta genera un 33 por ciento de la electricidad que consume Gaza, mientras que Israel vende en torno al 60 ciento restante y Egipto el nueve por ciento adicional.