Escaramuzas en Caracas

Ejército cierra filas con Chávez y condena paro

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Opositores venezolanos bloquearon ayer varias avenidas y autopistas en Caracas entre escaramuzas con la policía que los dispersó con gases, al iniciar la tercera semana de una huelga general indefinida para exigir la renuncia del presidente Hugo Chávez.

Los incidentes callejeros ocurrieron mientras la Casa Blanca se retractaba de su anterior llamado a “elecciones adelantadas” señalando en cambio un referendo de mitad de mandato, que coincide con la única salida que acepta Chávez, nota aparte.

La policía de Caracas dispersó con perdigones de goma y gases lacrimógenos a los opositores que bloquearon arterias de la capital e intercambiaron golpes y pedradas con seguidores del mandatario. No hubo víctimas.

Centenares de agentes antimotines intervinieron por lo menos en una decena de puntos de la capital, causando un enorme caos vial y acentuando los temores de que la violencia salga del control.

La nueva forma de protesta subió un nuevo escalón del conflicto, sin que se asome el final, debido a que las partes siguen en posiciones irreconciliables, confiadas en su victoria.

El gobierno dio otro paso para recuperar el control de la industria petrolera militarizando el mayor complejo refinador del mundo, Paraguaná (300 km al noroeste). “Hay presencia masiva de efectivos de la (militarizada) Guardia Nacional en las instalaciones”, manifestó el gerente opositor Edgar Rasquin.

Sistema judicial en contra

Acosado por un sistema judicial que anula casi todos sus decretos tendientes a controlar la industria petrolera, Chávez llamó a los militares a desobedecer las órdenes de jueces que impidan sus decretos.

“No podemos permitir que un juez llegue a tratar de impedir el cumplimiento de un decreto presidencial, podrían ser sancionados por extralimitación de funciones”, advirtió Chávez.

Las decisiones “muestran que el Poder Judicial es autónomo y no controlado por Chávez como decía la oposición”, dijo Rafael Simón Jiménez, vicepresidente de la Asamblea Nacional y considerado también uno de los más moderados partidarios del gobierno.

Ejército habla

El comandante general del Ejército, Julio García Montoya, dijo que la huelga petrolera es un “sabotaje” y constituye una “agresión contra la supervivencia del Estado”. Advirtió que sus tropas están en capacidad de impedirla.

“El ejército tiene a sus mejores capacidades dispuestas para impedir que prospere esa apuesta por el colapso económico y social de la nación”, advirtió el comandante en su tradicional discurso de Navidad a la nación.

Dijo que el paro petrolero “es una agresión contra la supervivencia del Estado y sobrepasa los límites del juego democrático”.

En el más claro mensaje de apoyo castrense a Chávez, agregó: “Este ataque contra intereses vitales ha sido vendido con el camuflaje de la protesta cívica legalmente válida, una campaña que quiere hacer ver como legítima una situación que expone a los venezolanos a sufrir los rigores de la anarquía”.

El Ejército, agregó, “rechaza el discurso que pretende manipular a civiles y usarlos como escudos humanos, como salvoconducto para que sus promotores salgan ilesos del peligroso malabarismo que están intentando”.