San Salvador (AFP). El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, expresó anoche su “esperanza” en que la jerarquía de la iglesia Católica “canonice” al arzobispo Óscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 por la ultraderecha.
“Hoy renovamos nuestra esperanza de que la más alta jerarquía de la Iglesia Católica reconozca al más grande, bueno y sabio de los salvadoreños y lo canonice”, dijo el Presidente Funes durante un mensaje a la nación en cadena nacional de radio y televisión realizada para rendir homenaje al pastor en el 33 aniversario de su muerte.
Funes agradeció al papa Francisco por haber expresado que espera que la canonización de Romero se dé a la mayor brevedad.
Funes recibió de su esposa, Vanda Pignato, la noticia de la intención de elevar a los altares al arzobispo. La primera dama asistió en representación del gobierno salvadoreño a la misa del 19 de marzo con la cual Jorge Bergoglio iniciaba su pontificado en Roma.
En esa ocasión, Pignato le mostró al Papa un prendedor con la imagen de Romero.
Por denunciar la injusticia social y la represión militar, Romero fue abatido por un francotirador contratado por la ultraderecha al anochecer del 24 de marzo de 1980 cuando oficiaba misa un hospital de enfermos de cáncer de San Salvador.
Con el crimen y el cierre de los espacios de participación política estalló la guerra civil que finalizó en 1992 tras la firma de acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla.
En 1993, una Comisión de “La Verdad” que creó la ONU, señaló como responsable intelectual del asesinato al mayor del ejército Roberto D´Aubuisson, fundador de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, Derecha), quien murió de cáncer en febrero de 1992