El ‘policía’ colombiano pregona su mano dura en Centroamérica

Defiende estilo de sus ocho años de gobierno y lo hace extensivo al Istmo

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Los datos sobre seguridad en Colombia respaldan la gestión de ocho años del expresidente Álvaro Uribe y lo hacen sentirse con total autoridad para pregonar el ingrediente clave de la receta durante su gobierno: mano dura.

Autodefinido como “un policía vestido de civil” o “el primer soldado” durante su mandato, Uribe no se cansa de predicar en Centroamérica una firmeza total contra el crimen organizado en torno al narcotráfico.

“Al cabecilla de un grupo narcoterrorista solo se le disuade con políticas duras”, aseveró este martes en Costa Rica en una conferencia ante alcaldes, como parte de una gira que lo llevó luego por El Salvador y Honduras, de la mano de una empresa privada especializada en asuntos de seguridad.

Su discurso lo acompaña con su largo colmillo político, su personalidad confianzuda y la experiencia de haber empezado a gobernar la peligrosa Colombia en el 2002 y haber reducido las cifras de violencia en dos mandatos seguidos.

La eficacia de su política en seguridad es difícil de rebatir, pero sus formas, no tanto. Él mismo admite que pidió disculpas por acciones necesarias, como el recordado bombardeo a territorio de Ecuador en el que murió Raúl Reyes, jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en 2008.

“Lo hicimos como último recurso: hubo que bombardear a Raúl Reyes en la selva. A raíz de ese bombardeo se pudo avanzar en la liberación de Ingrid Betancourt. Ese terrorista asesinaba soldados”, contestó a una periodista.

“Lo grave es que yo, por querer salvar apariencia de buena diplomacia, no hubiera combatido el terrorismo. Eso sí que sería difícil contestar. Me daría verguenza”, agregó antes de pedir que le reprodujera esta respuesta y se la pasaran por Internet. Es posible que la repita en otro lado.

Eso resume su postura, su apuesta por no transigir: “¿Qué posibilidad jurídica hay frente a los criminales? Que se sometan a la justicia. La única negociación con el crimen organizado es ¡sométase a la justicia! Los países tienen su justicia, códigos y sistema de sanciones”, expresó un día después en El Salvador, según la agencia AFP.

“Uno no puede confiar en la benevolencia de los criminales. Ellos lo que buscan es a idiotas útiles”, pronunció también en Costa Rica.

Así se refiere a lo que pasa y podría pasar en Centroamérica y México, pero sus palabras también tienen significado para la coyuntura política interna en Colombia, pues dejan ver distancia con las posiciones de su elegido, Juan Manuel Santos, presidente desde el 2010.

Santos ha mostrado anuencia a una eventual negociación con las FARC y otros grupos guerrilleros si estos cumplen con algunas condiciones, pero en los esquemas de Uribe esto es impensable.

Sus palabras, sin embargo, evitan el conflicto. Él domina bien su boca y sus tonos. Lo evidenció en una entrevista de siete minutos con este diario, en la que la frase “el presidente Santos fue elegido con nuestra misma plataforma política” sirvió tres veces para eludir las posibles diferencias.

Ahora que las autoridades colombianas investigan supuestas intervenciones telefónicas ilegales hechas por el gobierno de Uribe, él se sacude de culpas y no las niega del todo, pero asegura que esas denuncias las hicieron criminales a los que él persiguió.

¿Siente respaldo del gobierno de Santos?, se le preguntó antes de que soltara por primera vez su frase: “Él fue elegido con nuestra misma plataforma de gobierno”.

A la tercera vez que lo dijo, se le preguntó si eso era garantía de algo. Fue entonces cuando prefirió cortar. “Me tengo que ir a El Salvador. ¡Muchas gracias!”.

De inmediato atendió 20 minutos a un grupo de siete periodistas y sumó señales de distancia con Santos, aunque cuidándose de no mostrar conflicto.

Ahí reiteró su distancia con el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, con quien Santos ha suavizado posiciones en este año.

“Cuando uno tiene creencias y ha trabajado con ellas; yo creo que hay que derrotar al terrorismo (...) Yo cumplí el deber constitucional de combatir el terrorismo donde estuviera. Es más importante la protección del ciudadano que la del territorio”, argumentó Uribe sin mencionar siquiera a Santos.

Solo lo cita para recordar que usó la plataforma política suya. “Una forma de dar confianza a la Policía y a las Fuerzas Armadas es dejar que luzcan sus éxitos. Cuando liberamos a Betancourt yo le dije a Santos, mi ministro de Defensa, que fuera él a hablar a la prensa, que eso le iba a servir para su campaña política”, detalló en la conferencia. El auditorio rió, pero él no lo decía en broma.