Egipto tantea democracia en elección presidencial

Jornada electoral estuvo en calma y registró mucha participación

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El Cairo. AP, EFE. Después de toda una vida sin decidir quién los gobernarÍa, los egipcios se lanzaron ayer con entusiasmo a participar en las primeras elecciones libres en este país del mundo árabe.

La sola celebración de unos comicios en libertad era algo inimaginable hasta hace poco más de 15 meses, antes de que la presión de las protestas populares obligase a Hosni Mubárak a renunciar .

Por ello, pese a la convulsa transición que vive el país, los millones de votantes que se acercaron a los colegios electorales vivieron con la ilusión de un primerizo el momento de depositar la papeleta en la urna.

“Es la primera vez que voto para elegir al presidente en mi vida”, reconoció Fátima el-Hach en la Escuela Bahezat al-Badia, del popular barrio de Imbaba.

En pos de la estabilidad. Al margen del candidato elegido, un deseo era común en la mayoría de los electores: Egipto necesita estabilidad para recuperar la seguridad en las calles e impulsar la maltrecha economía.

Hasta el último minuto, los votantes enfrentaron unos comicios polarizados entre laicos con raíces en la antigua autocracia de Hosni Mubárak e islamistas que tienen la esperanza de infundirle religión al Estado.

Las opciones en competencia han derivado en muchas preocupaciones sobre qué tipo de democracia surgirá en Egipto. Y el resultado final, que posiblemente solo se conozca después de una segunda vuelta el próximo mes, abrirá un nuevo capítulo de lucha política en el país.

Sin embargo, en las filas para acudir a las urnas, los votantes estaban evidentemente emocionados por la oportunidad de decidir el camino de su país en los comicios, que son el fruto de la impresionante revuelta popular del año pasado que derrocó a Mubárak, después de 29 años en el poder.

En los últimos 60 años, los mandatarios egipcios se han presentado a las elecciones sin opositores, muchas veces afianzados en referendos para decir sí o no, en los que a pocos les importaba participar.

Mohammed Salah, de 26 años, salió sonriente de un puesto de votación donde acababa de depositar su voto. “Antes, solían hacerse cargo de esto en mi lugar –dijo–. Hoy, he decidido por mí”.

Medhat Ibrahim, de 58 años, quien sufre de cáncer, tenía lágrimas. “Podría morirme en solo unos meses, por lo cual vine con mis hijos, para que ellos puedan vivir”, destacó, emocionado, mientras esperaba para votar en un distrito pobre del sur de El Cairo. “Queremos vivir mejor, como seres humanos”, agregó.

Los votantes de esta nación de 82 millones de habitantes tenían la opción de elegir entre 13 candidatos. Unos 50 millones de personas tienen derecho de votar.

Pero la batalla real es entre cuatro candidatos: dos islamistas, Mohammed Morsi y Abdel-Moneim Abolfotoh, y dos seculares, el ex primer ministro de Mubárak, Ahmed Shafik, y el excanciller Amr Moussa.

Se prevé que no habrá un ganador en las elecciones de dos días que se iniciaron ayer. Por ello se ha programado una segunda vuelta con los dos primeros candidatos el 16 y 17 de junio. El ganador se anunciará el 21 de junio. Se espera que los resultados oficiales de la primera ronda se den a conocer el 29 de mayo.

El próximo presidente será el quinto desde que la monarquía fue derrocada después de un golpe de Estado en 1952.