Managua. AP. Las cárceles nicaraguenses tendrán por primera vez módulos de máxima seguridad, que serán construidos con $7 millones de los $9,2 millones que fueron decomisados a 18 mexicanos que se presentaron como periodistas de Televisa y que ahora enfrentan un juicio por lavado de dinero, crimen organizado y narcotráfico.
La directora general del Sistema Penitenciario Nacional, prefecta María Salgado Herrera, informó hoy que han dispuesto construir los módulos debido a que la población penal relacionada con el crimen organizado crece día a día.
Indicó que de los 9.000 presos en el país, 25% están relacionados con casos de narcotráfico entre locales y extranjeros.
“Vamos a construir los módulos de máxima seguridad para células narcotraficantes que ya son bastantes y es mejor tenerlos en un espacio particular con la medidas que el caso merece, para eso se ha dispuesto el dinero”, explicó Salgado.
Informó que otra de las prioridades es la construcción de la granja de mujeres y de varones, así como el Sistema Penitenciario en Bluefields, la capital del Caribe Sur de Nicaragua, donde los reos se quejan de estar recluidos en condiciones inhumanas.
Durante el acto de 33 aniversario de la Policía Nacional el 7 de setiembre pasado, el presidente Daniel Ortega dispuso que los $9,2 millones que fueron encontrados en tres de las seis móviles con logos de Televisa sirvieran para reforzar la seguridad en las cárceles y equipar de más patrullas a la Policía Nacional.
“Siete millones de dólares (serán) para construir nuevas prisiones y remodelar prisiones de alta seguridad” y el resto para “comprar 75 unidades de policía completamente equipadas”, anunció Ortega.
Salgado Herrera dijo que los dos módulos de máxima seguridad contarán con los parámetros de otros países, en donde los reos más peligrosos o con conexiones más riesgosas con el crimen organizado, están aislados y extremadamente vigilados.
Aunque en Nicaragua existen ocho centros penitenciarios, solo dos de ellos fueron construidos desde un inicio como cárceles: la Modelo de Tipitapa en las afueras de Managua y el de Cuisalá, en la provincia de Juigalpa.
Las otras cárceles que existen en el país, son adaptaciones de edificios que antes eran usados con otros fines.