‘Diamantes de sangre’, la tragedia de África

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Johannesburgo. AFP En África abundan los países en los que el tráfico de diamantes ha servido para financiar conflictos armados o asociados a graves violaciones de derechos humanos.

Tal es el caso de Sierra Leona, descrito en la película Diamantes de sangre (2006), Angola, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Guinea, Congo o Zimbabue.

Con el objetivo de eliminar del mercado mundial, los diamantes extraídos ilegalmente para financiar grupos armados o guerras, la ONU votó en el año 2000 la creación de un mecanismo de certificación.

Se trata del Sistema de Certificación del Proceso de Kimberley (KPCS), iniciado en el 2002, que vigila a sus países miembros y exige que las exportaciones internacionales sean certificadas “sin conflictos”.

La iniciativa ha permitido reducir el tráfico de “diamantes de sangre” en el mundo y fue saludada por los defensores de los derechos humanos, aunque según ellos queda mucho por hacer, sobre todo en Zimbabue.

Según Global Witness, ONG especializada en la defensa de los recursos naturales, en ese país se cometen graves violaciones de derechos humanos en las minas del este.