Madrid. AP y AFP. Es oficial: uno de cada cuatro españoles en edad y con voluntad de trabajar no puede hacerlo, en un país sumergido en la recesión y sometido a una cura draconiana de austeridad, con un creciente malestar social como telón de fondo.
El número de desempleados creció en 85.000 personas en el tercer trimestre del año y alcanzó la cifra nunca antes vista de 5.778.100 desocupados en setiembre, informó el Instituto Nacional de Estadística.
El número de hogares en los que todos los miembros estaban sin trabajo sigue en aumento, y se eleva a 1.737.900, un décimo del total de los hogares españoles.
La tasa de desempleo a finales del segundo trimestre se elevaba a 24,63% de los activos. El desempleo sigue siendo dramático entre los jóvenes, a pesar de un ligero retroceso, y se sitúa en el 52,34% para los jóvenes de entre 16 y 24 años, frente al 53,27% a fines de julio.
Estas malas noticias se suman a la probable continuación de la recesión en la que cayó España en 2011. El Banco de España prevé para el tercer trimestre una caída del PIB del 0,4%; el Gobierno espera un repliegue del 1,5% para todo el año.
Recortes..., pero no empleos. Para reducir su enorme déficit público, España se ha embarcado en un ambicioso programa de austeridad que supone un recorte de 150.000 millones de euros entre el 2012 y el 2014, de ellos 39.000 millones en 2013, complicando el crecimiento y el empleo.
Las medidas anunciadas incluyen aumento de impuestos, entre ellos el IVA, recortes salariales entre los funcionarios, una reducción de las prestaciones al desempleo y reducciones presupuestarias en sectores como la sanidad, la educación y la cultura.
El descontento social creció en los últimos meses ante esta política de rigor que estrangula a gran parte de la población.
Entre las 17 regiones autónomas de España, Andalucía, en el sur, sigue siendo la más castigada, con 35,42%.
Las menos afectadas son las regiones del norte del país, Navarra (14,95%), el País Vasco (15,48%) y Cantabria (15,71%).