Oposición conservadora tomará riendas de Australia

Coalición vence al laborismo y logra 91 de los 150 escaños de la Cámara Baja

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Canberra. AP. La oposición conservadora ganó arrolladoramente ayer las elecciones parlamentarias de Australia, con lo cual puso fin a seis años de gobierno del Partido Laborista.

Los conservadores se ganaron el respaldo de una ciudadanía desencantada por el impuesto a las emisiones de carbón, una economía débil y una inestabilidad política luego de años de luchas en el interior del laborismo.

El primer ministro, Kevin Rudd, llamó al líder de oposición, Tony Abbott, para admitir su derrota. “Puse todo mi esfuerzo pero no fue suficiente”, manifestó Rudd a sus copartidarios.

“Sé que los corazones laboristas están fuertes por toda la nación esta noche y como su primer ministro y como su líder parlamentario del gran Partido Laborista australiano, acepto mi responsabilidad”, destacó el gobernante.

La victoria de la coalición conservadora encabezada por el Partido Liberal se produce pese a la relativa impopularidad de Abbott, un católico de 55 años y becario Rhodes quien ha tenido dificultades de conectarse con las mujeres votantes y que otrora era considerado “inelegible”, tanto por sus opositores como por sus propios simpatizantes.

Rencillas en el laborismo. Sin embargo, los votantes estaban disgustados con los laboristas y con Rudd, después de seis años de lucha por el poder entre él y su excolaboradora Julia Gillard.

Gillard, quien fue la primera mujer en el cargo de primer ministro después de derrotar a Rudd en el 2010, terminó perdiendo el cargo ante Rudd tres años después en una especie de golpe partidario.

El drama, combinado con la impopularidad de un impuesto a la contaminación de los usuarios de carbón, fue nefasto para la reelección de los laboristas.

El ex primer ministro laborista Bob Hawke responsabilizó la derrota del partido a su incapacidad de mantenerse unidos. “Esta es una derrota electoral del gobierno en vez de una victoria de Tony Abbott”, destacó en declaraciones a Sky News .

Barrida en las urnas. Con más del 90% de los votos contados el sábado por la noche, la Comisión Electoral Australiana mostraba a los liberales que llevaban la ventaja con el 53% contra 47% de los laboristas. La coalición conservadora ganaba 91 escaños de la Cámara de Representantes de 150 miembros, mientras que los laboristas lograban 54.

Abbott tratará de poner fin a un período de intensa inestabilidad política en Australia.

El próximo jefe de Gobierno ha prometido abolir el impuesto al carbón en julio del 2014 — dos años después que fue aplicado– y anunció que lo reemplazará con incentivos financiados por los contribuyentes para que los contaminadores tengan operaciones más limpias.

No está claro si el líder de los conservadores logrará aprobar las enmiendas necesarias a la ley en el Parlamento, pero ha advertido que convocaría a elecciones si el Senado interfiere en relación con sus planes.