Crecida del río Paraguay obliga a evacuar a 20.000 personas en ese país

Algunos de los barrios populares de Asunción se encuentran en zonas bajas afectadas por la crecida

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Asunción. Benigna Benítez freía el viernes tortillas de papa en un albergue provisional en las afueras de Asunción mientras esperaba que sus nietos terminaran de construir la precaria choza donde vivirán por unos seis meses luego de que la vivienda familiar fue anegada por la crecida del río Paraguay.

“El gobierno es lento en ayudar a los pobres. El agua inundó nuestra casa hace una semana, pero hace unas horas la oficina de Emergencia Nacional nos entregó madera liviana y chapas de metal, además de algunos alimentos no perecederos”, dijo la mujer de 69 años, hablando en idioma guaraní.

Joaquín Roa, director de Emergencia Nacional, informó en una conferencia de prensa e que “unas 20.000 personas, en todo el país, se desplazaron desde zonas bajas hacia lugares altos” y que se están entregando materiales para construir viviendas provisionales y alimentos. “Trataremos de asistir a todos", indicó.

La altura del río en Asunción alcanzó los 6,23 metros el viernes, de acuerdo con un informe de la Dirección Nacional de Meteorología. La cota no crítica es de unos 4,20 metros.

El río Paraguay nace en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul y cada año, por las intensas lluvias del otoño austral, va subiendo de nivel inundando pequeñas localidades ribereñas de los departamentos Concepción, San Pedro, Central y Ñeembucú.

Algunos de los barrios populares de Asunción, que tiene 526.000 habitantes, se encuentran en zonas bajas afectadas por la crecida. Varios propietarios tuvieron que abandonar sus hogares movilizándose en canoas.

Los habitantes de las zonas bajas son, en general, obreros de la construcción, unos pocos profesionales, empleados en casas de familia para labores domésticas y recolectores de basura que la venden a las pequeñas compañías recicladoras de residuos.

Cerca de una autopista, en un barrio que el papa Francisco visitó en el 2015, los vecinos han comenzado a levantar casillas de madera fina, cartón y plástico, indicó Francisco Rodríguez. “Rezamos para que las aguas del río bajen”, expresó.