Cuerpos de 26 reos quemados aún siguen sin entregarse

Lentitud para hallar a familias se une a difícil identificación de víctimas de incendio

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Tegucigalpa. AFP. Las autoridades forenses hondureñas habían entregado, hasta ayer, 335 de 361 cuerpos de fallecidos en el incendio en el penal de Comayagua, dos meses luego del hecho.

“Faltan 26 cuerpos por entregar, el proceso de identificación y entrega de los cuerpos continúa” por los médicos, informó el portavoz de Medicina Forense, Melvin Duarte.

En la medianoche del 14 de febrero, la prisión de Comayagua, a 90 km al norte de Tegucigalpa, se volvió un infierno con 852 reclusos dentro (el doble de la capacidad), muchos de los cuales murieron atrapados en las celdas, calcinados y asfixiados por el humo.

Uno de los 335 cuerpos entregados corresponde al mexicano Luis Alonso Vásquez Ramírez y fue entregado el viernes después que finalmente localizaron a los parientes, detalló la fuente.

Subrayó que “se había reportado que uno de los cadáveres pertenecía a un ciudadano de origen nicaraguense, Evenor Martínez García, sin embargo se corroboró que no aparece en los registros de ese país” y las autoridades forenses están buscando a los parientes en Honduras, porque nadie se ha presentado a reclamarlo.

Un informe de un equipo de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de EE. UU. aseguró que el origen del fuego “fue accidental”, causado por una llama abierta, probablemente un cigarro, un encendedor o fósforos.

La granja penal de Comayagua, donde los presos cultivan y crían animales, era presentada por las autoridades como el modelo de un sistema penitenciario colapsado por el hacinamiento y el alto porcentaje de presos sin condena.

El incendio de Comayagua es una de las peores catástrofes en una prisión en el mundo y, según grupos de derechos humanos y entidades estatales, las 24 cárceles del país tienen severos problemas de hacinamiento pues fueron construidas para albergar a 8.000 presos, pero mantienen a unos 13.000, el 60% de ellos sin condena.