Corte dicta cadena perpetua a verdugo de camboyanos

Kaing Guek Eav figura como uno de los comunistas más atroces de Camboya

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Nom Pen. AP. El Tribunal para el Genocidio en Camboya sentenció al principal torturador del Jemer Rojo a cadena perpetua por sus crímenes contra 12.272 presos, a quienes torturaba antes de enviarlos al campo de matanza.

Kaing Guek Eav, conocido como Duch, dirigió la prisión secreta de Tuol Sleng y admitió en el proceso haber vigilado la tortura y homicidio de prisioneros antes de mandarlos a ejecución.

El Jemer Rojo es el nombre con el que se conoce el régimen comunista camboyano que tomó el poder y gobernó ese país con puño de hierro entre 1975 y hasta 1979.

En julio del 2010, la Cámara Baja del Tribunal condenó a Duch por delitos de guerra, crímenes contra la humanidad, tortura y asesinato. En esa ocasión fue sentenciado a 35 años en prisión, pero le redujeron 11 años por el tiempo ya servido y otros tecnicismos.

La pena impuesta en aquel momento fue apelada por los fiscales, quienes la consideraron muy leve benigna para la clase de asesino.

El fallo había preocupado a los sobrevivientes, quienes temían que el hombre, quien supervisó el asesinato de miles de personas, pudiera salir libre algún día.

El juez Kong Srim, presidente de la Corte Suprema, dijo ayer que los delitos de Kaing Guek Eav fueron especialmente insidiosos, por lo que la pena debía ser más severa.

El tribunal especial, que es respaldado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), dijo que Duch supervisó el asesinato de al menos 12.272 víctimas, pero se estima que podrían haber sido 16.000.

Este elevado número de víctimas y el prolongado período en el que perecieron hace de este caso uno de los más graves ante los tribunales penales internacionales.

Duch, de 69 años, se mantuvo en calma mientras se leía la sentencia. Luego juntó sus palmas y las acercó a su pecho en señal de respeto al jurado, antes de que los guardias se lo llevaran.

El fiscal británico Andrew Cayley dijo que Duch podría pedir un indulto tras cumplir 20 años de reclusión; eso sería en unos siete años a partir de ahora.

El Tribunal de Camboya busca justicia para al menos 1,7 millones de personas que perecieron por la tortura, hambruna, cansancio o falta de atención médica durante el salvaje régimen comunista.