Corea del Sur promete venganza tras ataque a isla

Gobierno elude propuesta de China para abordar la crisis en reunión

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Seúl.AFP El presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak, prometió ayer que Corea del Norte “pagará el precio” por los disparos” contra la isla de Yeonpyeong y evitó comentar la propuesta china de una reunión para discutir la situación en la península coreana.

Por su parte, Corea del Norte advirtió que el mar Amarillo estaba “al borde de la guerra”, después de las maniobras militares conjuntas realizadas por Washington y Seúl.

“No puedo dejar de expresar mi indignación frente a la brutalidad del régimen del Norte”, sostuvo el presidente surcoreano Lee Myung-Bak, en un discurso.

“Voy a asegurarme de que el Norte pague el precio por cada una de sus provocaciones”, añadió Lee.

En un ataque sin precedentes desde la guerra de Corea, entre 1950 y 1953, Pyongyang bombardeó el martes la isla surcoreana de Yeonpyeong, y mató a cuatro personas.

“Un ataque militar contra civiles es un crimen inhumano”, afirmó Lee, quien ha sido criticado por la leve reacción militar al ataque.

Lee también dijo que era difícil esperar que Corea del Norte abandone su política militar y su programa de armas nucleares.

El mandatario surcoreano no comentó la iniciativa china para organizar una reunión de urgencia sobre la crisis en la península.

Pekín propuso reunir rápidamente los seis países que participan en las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano (Estados Unidos, las dos Coreas, China, Rusia y Japón) , e hizo hincapié en una comunidad internacional “profundamente preocupada”.

Estados Unidos y Corea del Sur empezaron el domingo una demostración de fuerza aeronaval en el mar Amarillo, por lo que Pyongyang prometió contraatacar “sin piedad” a toda intrusión en lo que considera su espacio marítimo.

Estos cuatro días de maniobras conjuntas, en las que participa el portaaviones nuclear George Washington, son los más importantes ejercicios militares organizados por ambos países, según el estado mayor surcoreano.

“Estas operaciones son una provocación y un crimen”, dijo por su lado Pyongyang, ayer, en un comunicado difundido por la agencia estatal KCNA. “El mar Amarillo está al borde de la guerra. Es criminal por parte de Corea del Sur y de Estados Unidos organizar ejercicios militares a gran escala en este lugar crítico, que pueden llevar la situación a un estado explosivo”, añadió el comunicado de KCNA.

Mientras tanto, el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur canceló ayer las prácticas sin dar explicaciones algunas.

Por otra parte, las empresasen Corea del Sur empezaron a organizar equipos para tranquilizar a los inversores y a los hombres de negocios extranjeros, algunos de los cuales ya cancelaron sus viajes a Seúl ante el temor de que la situación entre las Coreas empeore.