Soldados centroafricanos linchan a un presunto exrebelde tras una ceremonia oficial

El asesinato del hombre se produjo en la escuela nacional de la magistratura al término de una ceremonia solemne, que celebraba la reforma de las fuerzas armadas

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Bangui

El linchamiento de un hombre el miércoles en Bangui por soldados centroafricanos, que lo acusaban de ser un exrebelde, echó por tierra durante varios minutos las palabras de esperanza sobre el futuro papel del ejército formuladas minutos antes por la presidenta, Catherine Samba Panza, durante una ceremonia oficial.

El asesinato del hombre se produjo en la escuela nacional de la magistratura al término de una ceremonia solemne, que celebraba la reforma de las fuerzas armadas, con la asistencia de altos responsables de las autoridades de transición, de la fuerza francesa Sangaris y de la fuerza africana MISCA.

Poco después de la partida de Samba Panza y del resto de autoridades, unos miembros de las FACA arremetieron contra un hombre vestido de civil, al que acusaron de ser un miembro de la rebelión Seleka.

Le dieron patadas, le lanzaron piedras y lo acuchillaron antes de desnudarlo, de arrastrarlo por la calle y de ensañarse con el cadáver.

"Es un Seleka", "es un infiltrado" gritaban los soldados, muchos de ellos en uniforme, mientras acuchillaban el cadáver y desgarraban pedazos de carne. Otros militares tomaban fotos de la escena con sus teléfonos móviles.

Este linchamiento sucedió ante la mirada de soldados de la fuerza africana (MISCA) a cargo de la seguridad de la ceremonia.

Según varios testigos, el cuerpo fue desmembrado y le prendieron fuego antes de que la MISCA interviniese lanzando gases lacrimógenos y disparos al aire.

Un portavoz de la fuerza francesa Sangaris, desplegada en República Centroafricana desde hace dos meses, precisó que "la fuerza francesa no se encargaba de asegurar la ceremonia", únicamente velaban por la seguridad del comandante de la fuerza, el general Francisco Soriano.

Este "había abandonado" el lugar de los hechos cuando el linchamiento comenzó, añadió.

En los últimos días, varias organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, denunciaron la pasividad de las fuerzas internacionales ante los ataques, especialmente, contra los musulmanes, considerados como exrebeldes.

Sin embargo, la situación parecía haberse estabilizado en los últimos días en Bangui, donde se había reducido el toque de queda.

En un discurso dirigido a los cerca de 4.000 soldados reunidos, la presidenta había mostrado momentos antes su "orgullo de ver tantos efectivos de las FACA congregados".

Era la primera vez que las Fuerzas Armadas Centroafricanas (FACA) se reunían desde la llegada al poder en marzo de 2013 de la rebelión Seleka, de mayoría musulmana. Un golpe de estado aupó al poder entonces al jefe seleka Michel Djotodia, obligado a dimitir el pasado 10 de enero.

La presidenta de transición aseguró asimismo que se encontraba en "negociaciones" con los socios de República Centroafricana para garantizar los salarios de los soldados y equipar el ejército a fin de que este "pueda asumir su misión de garantizar la seguridad de Bangui y del territorio nacional".

"Es inadmisible que 15 días después de mi toma de posesión, aún haya desórdenes", dijo Samba Panza durante el discurso, antes de anunciar el despliegue de 150 gendarmes y policías de la MISCA y de Sangaris para poner fin a la violencia en Bangui.

Momentos después, varias decenas de militares centroafricanos entusiastas linchaban a un hombre ante la mirada de la prensa internacional. Ningún soldado se interpuso.