Siria se encamina a un alto el fuego

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Beirut. EFE El Gobierno y la principal agrupación de la oposición siria aceptaron el alto el fuego acordado por Estados Unidos y Rusia, que está previsto comience en la medianoche del 27 de febrero y que abre la incógnita de cómo se va a aplicar.

Una fuente de alto rango del Ministerio de Exteriores sirio anunció el martes en un comunicado la aceptación por el Ejecutivo de Damasco del “cese de las operaciones de combate”.

Sin embargo, subrayó que esta aprobación gubernamental es “sobre la base de la continuación de los esfuerzos militares de lucha antiterrorista contra Daesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico, EI), el Frente al-Nusra y otras organizaciones terroristas vinculadas con al- Qaeda”.

Con el fin de garantizar el éxito del alto el fuego, las autoridades sirias dijeron que continuarán coordinándose con Rusia para determinar las zonas y grupos armados incluidos en la tregua.

Aun así, el Ejecutivo sirio advirtió de que las Fuerzas Armadas se reservan el derecho “de responder a cualquier violación cometida por esos grupos contra civiles sirios o el Ejército”.

El Departamento de Estado estadounidense reveló el lunes que Washington, que apoya a grupos opositores, y Moscú, aliado del régimen, acordaron un cese de hostilidades del que se excluye al EI y al Frente al-Nusra.

La Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), la principal alianza de la oposición siria, confirmó su “aceptación de los esfuerzos internacionales para un cese de las hostilidades”.

No obstante, subrayó que su aprobación es condicional y depende del cumplimiento de los artículos 12, 13 y 14 del Consejo de Seguridad de la las Naciones Unidas, que exigen el fin de los asedios, la entrada de ayuda humanitaria, la liberación de detenidos y el cese de los bombardeos aéreos y de artillería y de los ataques a civiles.

Estos esfuerzos para un alto el fuego se producen cuando está a punto de cumplirse el quinto aniversario del inicio del conflicto en el país árabe, el 15 de marzo.

Según datos publicados este martes por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 271.138 personas, de las que 79.106 eran civiles, han muerto en Siria desde el comienzo de la contienda.

Los preparativos para el alto el fuego han empezado a ponerse en marcha, y Rusia entregó a EE. UU. los datos de contacto para establecer una línea directa de comunicaciones de cara a la tregua.

Las autoridades rusas también han habilitado un centro de coordinación para la reconciliación de las partes en conflicto, que opera en la base aérea de Hamimim, en la provincia costera siria de Latakia.

En paralelo, en Damasco, la cuenta atrás ha empezado a correr para la celebración de elecciones legislativas, convocadas anoche por el presidente sirio, Bashar al- Asad, para el 13 de abril.

Este martes, el Comité Judicial Supremo para las Elecciones ha definido los nombres de cada uno de sus subcomités en las distintas provincias.

El mandato de cuatro años del actual Parlamento, unicameral y que tiene 250 escaños, está a punto de agotarse, ya que la última vez que hubo comicios legislativos en Siria fue el 7 de mayo de 2012, en los que ganó por mayoría absoluta la alianza política del partido gobernante Baaz.

El director del libanés Instituto Issam Fares para Política Pública y Asuntos Internacionales, Rami Khoury, consideró que “esas elecciones no son nada serio y no tendrán ningún tipo de implicación en un país que está dividido”.

El experto, cuyo instituto pertenece a la Universidad Americana de Beirut, descartó, por otro lado, que el alto el fuego vaya a abrir la puerta a una solución política a la guerra.

“El pacto entre Rusia y EE. UU. es para detener las hostilidades con el fin de que entre algo de ayuda humanitaria, y poco más, no hay ningún acuerdo para alcanzar una transición política ni cómo acabar con el EI”, reflexionó.