Shimon Peres era un ferviente defensor de la paz y del diálogo con palestinos

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Jerusalén

Shimon Peres, el último de los padres fundadores de Israel, ganador del Premio Nobel de la Paz, era un veterano de la política internacional, un ferviente partidario de la paz que defendió hasta el último minuto el diálogo con los palestinos.

Dotado de un aura que Israel va a echar de menos, Peres, de 93 años, había dejado la presidencia en el 2014 y desde entonces ejercía como sabio, siempre presente en la escena internacional.

Presente en la escena política desde la creación del Estado de Israel en 1948, Shimon Peres mostró una resiliencia a toda prueba.

Forjado por las derrotas, se imponía una dura disciplina y aseguraba que el secreto de su longevidad era el ejercicio diario, una dieta muy frugal y un vaso o dos de un buen vino.

"Todo el mundo come tres veces por día. Si comes tres veces te llenas de grasa. Pero si uno lee tres veces por día, uno se convierte en un sabio, es mejor ser sabio que graso", aconsejaba el líder en una entrevista concedida a la AFP en el 2012, cuando precisó que solo dormía 4 o 5 horas.

Desde que dejó la presidencia, ya siendo nonagenario, conservó su vivacidad y siguió viajando por el mundo, como un orador requerido en muchos foros mundiales.

Empuje por la paz. Desde que en el 2007 se convirtió en el noveno jefe del Estado de Israel, Peres utilizó esta función para promover la paz, al punto en que se convirtió casi en el único opositor al primer ministro de derecha Benjamín Netanyahu.

Pero esta figura histórica del Partido Laborista, movimiento que estuvo en los orígenes de la fundación de Israel, no siempre fue un hombre de paz.

Nacido en Polonia en 1923, llegó 11 años más tarde a Palestina. Shimon Peres es el último representante de una generación de dirigentes que participaron activamente en la creación del Estado de Israel.

A su 80.º cumpleaños asistieron personalidades como Bill Clinton y Mijaíl Gorbachov. El director Woody Allen le mandó un saludo "de un judío malo a uno bueno".

Peres era considerado un halcón laborista. Cuando fue ministro de Defensa, en la década de 1970, apoyó la creación de las primeras colonias judías en Cisjordania ocupada.

Sin embargo, siendo primer ministro, la aviación israelí bombardeó la localidad libanesa de Caná, un ataque en el que murieron 106 civiles en 1996.

Sin embargo, Peres logró ser reconocido como paloma de la paz al impulsar los Acuerdos de Oslo, sellados en 1993 con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

El primer ministro de la época, Isaac Rabin, su gran rival en el seno del laborismo, todavía era muy escéptico con respecto a la vía diplomática para llegar a la paz, en la actualidad muy degradada, un plan que proyectaba la creación de un Estado palestino, que pondría fin a decenas de años de conflicto.

Su papel activo en las conversaciones le valió en 1994 el Premio Nobel de la Paz, que compartió con Rabin y Yaser Arafat.

Temprano en la política. Entró en política a los 25 años gracias al "viejo león" de la política israelí, David Ben Gurión, a quien conoció haciendo autostop.

Su carrera es una muestra de una tenacidad a toda prueba, que lo hizo reponerse de todos los reveses y acumular quizás el récord del político con más derrotas. Vencido en las legislativas de 1977, 1981, 1984, 1988 y 1996, cultivó la imagen del "eterno perdedor" que se levantó después de cada fracaso.

Pasó por casi todas las carteras del gobierno: dos veces primer ministro, ministro de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Información, de Transportes y de Integración.

Israel le debe a Peres su robusta industria armamentística y de aeronaútica. También es considerado el "padre" del programa nuclear israelí.

"Shimon Peres fue un presidente importante gracias al estatuto especial que tenía en las capitales del mundo entero y a la dignidad que supo devolver a Israel tras el escándalo de Moshé Katsav", su predecesor condenado y encarcelado por violación, recordaba con nostalgia el columnista Nahum Barnea.