Saqueos en Argentina dejan cinco muertos

Gobierno saca el ejército a las calles

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Buenos Aires

Brotes de saqueos a comercios se propagaron en Argentina el lunes, luego de que las turbas aprovecharon las huelgas de parte de los policías, quienes exigen aumentos salariales al mismo ritmo de la inflación.

Los canales de televisión difundían videos en los que se observaban personas rompiendo puertas de vidrio de supermercados y otros negocios para llevarse de todo, desde colchones y teléfonos móviles hasta cochecitos de bebé y cervezas.

Para el lunes por la noche, la cifra de muertos por los estallidos caóticos de saqueo ocurridos desde hace casi una semana subió a cinco, mientras los policías se manifestaban en los alrededores de las mesas de negociación. Muchos ciudadanos prefirieron encerrarse en sus hogares y negocios, mientras el gobierno federal desplegaba soldados en los puntos conflictivos.

La primera ola de asaltos a negocios ocurrió días atrás en la ciudad de Córdoba, en coincidencia con una huelga de policías que exigían mejor sueldo.

Desde entonces se produjeron protestas similares en otros distritos que también han causado decenas de heridos.

Grupos de personas salieron a robar cadenas de supermercados, tiendas y otros comercios.

El gobierno monitoreaba la situación en cada una de las 24 provincias y dispuso la intervención territorial de la policía de fronteras, los guardacostas y la policía federal para salvaguardar el orden público.

Al menos siete provincias argentinas eran el lunes escenario de protestas de grupos de policías en reclamo de aumentos salariales, lo que en algunas localidades desencadenó el saqueo de comercios.

“No se puede privar a la ciudadanía del servicio de seguridad pública...nuestra población necesita la protección, para eso paga impuestos”, dijo en conferencia de prensa el ministro de Justicia, Julio Alak. El funcionario advirtió que “vamos a efectuar denuncias penales” si los policías no deponen su actitud.

Policías de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, rechazaron el lunes por la tarde una oferta de mejora salarial del gobernador Daniel Scioli y crecía el miedo a que se produjeran robos masivos de tiendas al caer la noche.

Ese mismo temor se percibía en otras provincias con la policía acuartelada, por lo que comerciantes armados se organizaban para defender sus bienes.

En Buenos Aires un policía cobra en mano un salario mínimo de 4.200 pesos (unos $300), un ingreso insuficiente para afrontar los gastos de una familia tipo con una inflación del 25% anual.

“Hay policías que están en la indigencia”, advirtió Salvador Baratta, ex subjefe policial bonaerense y líder del Sindicato de Policías y Penitenciarios (SinPoPe) .

“Acá los policías somos ciudadanos de segunda”, insistió el policía retirado en referencia a que las fuerzas de seguridad en Argentina no tienen derecho a la sindicalización, pese a lo cual han surgido distintos gremios pero sin personería jurídica.

Los salarios de la policía son costeados por cada provincia, lo cual genera situaciones de disparidad en los montos.

La falta de representación gremial también dificulta las negociaciones ya que policías de una localidad aceptan la propuesta y los de otra la rechazan.

Para el gobierno central, estos saqueos no responden a una necesidad social sino a móviles delictivos y políticos y apuntó contra los propios policías.

“El modus operandi es prácticamente similar en todos los lugares y a su vez la acción colateral de los saqueos también puede imaginarse como una acción urdida por los grupos de protesta (policial)”, sostuvo el jefe de gabinete de ministros, Jorge Capitanich, en conferencia de prensa en la casa de gobierno.

El funcionario explicó que las protestas están asociadas “a grupos autoconvocados, en muchos casos exonerados y en otros personal subalterno” que “teóricamente” tienen la “anuencia de jefes y oficiales”.