Presidenta de Brasilpresentaría hoy plan de reforma política

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Brasilia. AFP. Acabada la Copa Confederaciones, y preparando la visita del Papa en julio a Río, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, definía ayer detalles de un plebiscito para calmar las protestas y que sería presentado hoy al Congreso.

Las manifestaciones por mejores servicios públicos y contra la corrupción amainaron la semana pasada, reduciéndose sustancialmente ayer. Dos manifestaciones llevaron a la calle a unas 8.000 personas el domingo en Río.

Sin pronósticos claros sobre si las protestas continuarán, muchos temen que revivan durante la visita del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud, del 22 al 28 de julio en Río de Janeiro, donde se espera la llegada de dos millones de peregrinos.

“Las reivindicaciones no están vinculadas a la visita del Papa. Tienen que ver con nuestro gobierno. Por eso suponemos que no habrá grandes problemas”, aunque “es difícil de prever”, dijo el arzobispo emérito de Sao Paulo, Claudio Humes, quien apoya las protestas, en declaraciones divulgadas por el diario O Estado de São Paulo.

Empeñada en buscar una tregua en las calles, Rousseff convocó ayer a una reunión ministerial.

La presidenta pretende presentar hoy al Congreso una propuesta de plebiscito para impulsar una reforma política. La reforma política, viejo proyecto del Partido de los Trabajadores y de otras denominaciones, es vista como un antídoto a la crisis de representatividad, al rechazo a los políticos y a la corrupción expresado por los manifestantes, que denuncian el elevado gasto público para el Mundial 2014 y piden más dinero para educación, transporte y salud .

Rousseff pretende que el plebiscito sea organizado contrarreloj , para que el Congreso apruebe la reforma antes de octubre, fecha límite para que pueda ser aplicada un año después en las elecciones de 2014, algo que muchos consideran casi imposible. La presidenta cuenta con una aplastante mayoría en el Congreso, pero la base aliada es poco fiel a los designios oficiales.